Bibiana Belsasso

"Viva México"

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
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México se lleva la corona de Miss Universo, la chihuahuense Andrea Meza, una joven de 27 años, queda como la nueva Miss Universo. Andrea es la tercera mexicana en lograr la corona, desde que inició el certamen en 1954.

Ganar este premio significa poner el nombre de México en alto y por todo el mundo. Andrea Meza viajará durante un año por distintos países, lo cual es un beneficio enorme para la promoción de nuestro país.

La emoción fue enorme, al nombrar a la ganadora se dijo "¡viva México!", un grito que nos identifica a todos los mexicanos.

En estos últimos años, el certamen ha cambiado, no solamente se enfoca en la belleza, sino en la inteligencia y preparación de las concursantes. Los niveles de exigencia son cada vez más fuertes.

Las ganadoras no se definen por sus hermosos vestidos ni por su belleza del día del certamen. Son semanas en donde conviven con los jueces, platican, muestran su personalidad y temperamento. Y ahí las van viendo.

Muchos han criticado que se dé un certamen de belleza, aseguran que es una forma de cosificar a la mujer, pero la realidad es que no se valora sólo la belleza, sino todo lo que hay detrás de cada una de ellas.

En este certamen, cada una contó su historia de vida, unas muy difíciles, y habla de mucha inteligencia emocional de estas mujeres poder salir adelante con historias tan complicadas de vida.

Llegar a un concurso así son años de preparación, desde la nutrición, el entrenamiento físico, la cultura general y por supuesto los idiomas.

Andrea sorprendió con sus respuestas dejando ver su lado más humano y desatando los aplausos.

México lleva años trabajando en este certamen, desde que ganó Lupita Jones en 1991, se le ha invertido mucho.

Ganar no es fácil, hace 10 años, en Las Vegas, Estados Unidos, Ximena Navarrete dio la sorpresa y obtuvo la segunda corona para nuestro país.

Pero si alguien se convirtió en el referente de este tipo certámenes para México, es sin duda Lupita Jones, quien en 1991 disputó el primer lugar con la representante de Países Bajos y, tras escuchar que era la ganadora, este concurso se convirtió en cosa seria para las siguientes representantes de nuestro país.

La tercera corona

La chihuahuense Andrea Meza, de 25 años de edad, quien es licenciada en Ingeniería de Software y activista en pro de los derechos de las mujeres se sumó al selecto grupo de mexicanas ganadoras del certamen.
La chihuahuense Andrea Meza, de 25 años de edad, quien es licenciada en Ingeniería de Software y activista en pro de los derechos de las mujeres se sumó al selecto grupo de mexicanas ganadoras del certamen.Foto: Especial

Al día de hoy es directora de la organización Mexicana Universal, certamen que prepara a mujeres jóvenes para participar en diferentes concursos de belleza de talla nacional e internacional.

A las mujeres latinas en Miss Universo casi siempre les va muy bien. Pero un país que lo tenía todo en este terreno y que lo ha perdido es Venezuela. En las competencias globales de belleza como el Miss Mundo o el Miss Internacional, ganó incluso un Récord Guinness por conseguir que dos participantes de ese país lograran el título de Miss Universo en dos años consecutivos.

Pero se dejó de invertir en la preparación de las jóvenes y los certámenes se llenaron de escándalos. Hoy, de esos concursos que llevaban el nombre de Venezuela en alto, no queda nada.

Y es que al país de la revolución bolivariana y del petróleo le interesaba la belleza, pues es una industria que factura millones de dólares. A través de los socios y anunciantes que se disputaban los minutos de la publicidad más importante del país, y todo el negocio que significa un concurso.

Ni la escasez de productos básicos, ni la inflación o la confrontación política, la inseguridad y el panorama político pudieron mellar la fascinación que generaciones de venezolanos sienten por la elección de la más bella del país.

El certamen de belleza era de las pocas cosas que comenzaban puntualmente en Venezuela, incluso "El Miss Venezuela” fue catalogado como "una final de Champions", que hoy por hoy ha quedado mermado ante la salida de inversionistas, de televisoras y otros extranjeros por el régimen totalitario de Nicolás Maduro.

Trump fue dueño y presidente de este certamen entre 1996 y 2015, tiempo en el que cuatro venezolanas ganaron el título.

Para el 2013, cuando al final quedó María Gabriela Ilser como representante de Venezuela para Miss Universo y ganó, el evento aumentó su presencia en la vida cotidiana del país, ya que la hermética "Quinta Miss Venezuela", donde se preparan las candidatas durante semanas para el concurso, abrió sus puertas al reality "Todo por la Corona", en el que se pudo ver lo que hasta ese año estuvo prohibido: las intimidades.

Entrenamientos físicos, alimentación, clases de oratoria se asomaron todas las semanas durante 15 capítulos, y donde los espectadores ya pudieron comenzar a hacer sus apuestas sobre las favoritas.

Era cuestión de tiempo para que la industria de las reinas de belleza en Venezuela, esa máquina creadora de mitos, se viniera abajo. Para 2018, la Organización Miss Venezuela suspendió temporalmente las operaciones del concurso tras acusaciones de que sus organizadores ofrecían a las jóvenes concursantes como acompañantes sexuales a patrocinadores ricos, entre los que se encontraban funcionarios del más alto nivel del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Desde los años dorados del país en la década de los setenta, cuando la riqueza petrolera llegaba a raudales, Miss Venezuela era motivo de orgullo nacional, una exportación a la que alguna vez se pensó que ni la corrupción ni la política tocaban. Su caída acelerada es la más reciente humillación para un país que vive el colapso económico, en el que la hiperinflación ha sumergido a millones en la pobreza y el hambre.

A pesar de la pobreza y la escasez de productos básicos y medicamentos, Venezuela tiene una de las tasas más elevadas de procedimientos cosméticos per cápita en el mundo. Para las aspirantes de Miss Venezuela, las cirugías son parte del proceso de transformación y autosacrificio. Los meses de preparación pueden costar hasta 32 mil dólares.

Mientras que los venezolanos de clase media y alta han emigrado, las jóvenes de entornos de bajos ingresos acuden en multitudes a concursos de belleza regionales, desesperadas por cualquier oportunidad de ayudar a sus familias.

Hoy, esas oportunidades en Venezuela se han perdido, como casi todas con el colapso político, económico y social. En México, no podemos dejar que se baje el nivel de las concursantes, ni del certamen. El triunfo de Andrea Meza le dará mucho a México en uno de los momentos más complicados.