Penny Lane y Chan Chan

LAS CLAVES

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

La semana pasada fui invitado por la productora radial y locutora Rita Abreu al programa Charlas a Distancia de Radio México Internacional del IMER, que ella conduce. Me pidieron una breve reseña de mis andares profesionales, tres fotografías recientes y las ligas de You Tube de 6 temas musicales que yo considerara fundamentales en mi vida. Todo estaba bien, envíe a tiempo las fotos y el resumen de mi curriculum vitae. El problema estaba en cómo conjugar en seis piezas melódicas los compendios esenciales de mi existencia.

Hice un repaso por los recovecos de mis evocaciones prosódicas. En realidad, la primera concordia que recuerdo se empalma con las acentuaciones del changüí guantanamero. Mis tíos eran fervientes amantes del son: los fines de semana armaban un guateque-bembé en el patio de la casa que todavía retumba en mi cabeza. “Nengón”, “El Guararey de Pastora”, “Monte adentro”, “La rumba está buena” o “Mi son tiene candela”: alimento melódico-rítmico de la infancia. Esa cadencia sublime para el alma divertir está impregnada bien adentro de mí. Soy sonero.

Después de varias horas de cavilación, y ante el apremio de Rita Abreu, envíe los links de “Venecia sin ti”, de Charles Aznavour; “Oh, Vida”, de Benny Moré; “La chica de Ipanema”, de Jobim en la ejecución de Astrud Gilberto-Stan Getz; “El Manisero”, de Moisés Simons en versión de Aymée Nuviola; “Penny Lane”, de Los Beatles; y “Chan Chan”, de Compay Segundo. Truncado sumario que, sin embargo, resume algunos de los instantes irrefutables de mis remembranzas armoniosas.

Charles Aznavour fue el guía de los impulsos sentimentales de mi juventud habanera: la canción-vals “Venecia sin ti” se convirtió en un cántico de nostalgia. El Benny: qué decir de ese bolero donde la vida es un grito de clemencia. Jobim, el sax de Getz y la voz de Astrud en cadencia bossa inmemorial: uno de mis primeros acercamientos con la música de Brasil. Mi madre se contoneaba frente al fogón bajo los compases de “El manisero”, mientras cocinaba: aprendí los primeros pasos bailables imitando sus movimientos.

¿Por qué “Penny Lane”? En Cuba, Los Beatles era una banda prohibida por el gobierno. Cuando escuché ese tema de  Paul McCartney y John Lennon se me estrujó el pecho. “Penny Lane está en mis oídos y en mis ojos / allí debajo de los azules cielos suburbanos / Penny Lane hay un barbero / que muestra las fotos de cada cabeza / que tuvo el placer de conocer”. Recuerdos infantiles de McCartney y Lennon. Nostálgica euritmia que se columpia gozosa. Ecos del Segundo Concierto de Brandenburgo de Bach en el solo de trompeta piccolo de Dave Mason. Efectos de percusión, piano y guitarra vox con reverberación. Los Beatles adentro de los rincones de mis 18 años habaneros.

¿Por qué “Chan Chan”? Porque es el son más hermoso, cachondo y perfecto de la música cubana. “El cariño que te tengo / No te lo puedo negar / Se me sale la babita /Yo no lo puedo evitar /Cuando Juanica y Chan Chan /En el mar cernían arena / Como sacudía el jibe / A Chan Chan le daba pena”. Pa’ bailarlo apechungao en un solo ladrillito. Suavecito como me gusta a mí. Sí, porque “El son es lo más sublime/ para el alma divertir/ se debiera de morir/ quien por bueno no lo estime”.

Penny Lane
Penny LaneFoto: Especial

Penny Lane

  • Artista: The Beatles
  • Género: Pop Rock