EU 2020, mucho más que sólo Biden o Trump

Las elecciones en Estados Unidos impactan más allá del resultado en la competencia presidencial, la conformación del Congreso o las respuestas a las múltiples consultas populares sobre soberanía, drogas blandas, duras o uniones entre personas de género idéntico. 

Presenciamos la caída de un sistema electoral tradicional, pero arcaico. Con diversidad de reglas locales e indefiniciones generales, se abren puertas a impugnaciones y abusos jurídicos capaces de impedir que la voluntad mayoritaria impere.

Sin una cirugía mayor, ese mecanismo democrático continuará fragmentando a una sociedad incrédula y polarizada. En una armería nacional, como lo es Estados Unidos, la crispación azuzada por la ignorancia, agitan una mezcla explosiva. Las denuncias de fraude sin sustento deslegitiman la representatividad popular y fomentan liderazgos estridentes y mentirosos.

Al margen del resultado final, cuando los conteos en Pennsilvania, Georgia y Nevada consoliden la previsible victoria de Joe Biden, quedará demostrado que el populismo paga. La estulticia en el poder erosiona la inteligencia nacional, el desprecio por la ciencia y por la decencia, consolidaron el trumpismo, una visión colectiva que glorifica al bullying como forma de gobierno. Trump se va, pero su trumpismo queda.

Con los sufragios de casi la mitad de su pueblo, el presidente Trump fue premiado por el pésimo manejo de la pandemia. De hecho, sin la crisis del Covid-19 y su impacto en la economía global Trump habría ganado la reelección caminando.

La mentira consuetudinaria hecha costumbre desde el poder funciona, manipula y confunde. Su costo es nulo en las franjas más amplias y menos educadas de la sociedad. Al parecer, sólo el llamado círculo rojo se obsesiona —y se frustra— con la impunidad de que goza esa propaganda oficializada.

También para la demoscopia universal la elección estadounidense deja lecciones, la imprecisión de sondeos se justifica, a decir de expertos como Roy Campos, por la alta tasa de participación, la mayor en la historia de la Unión Americana lo cual distorsionó las proyecciones. Si bien no ganan aplausos, a las encuestas tampoco se les puede achacar todo el desatino.

La estrategia de denunciar fraude electoral desde la misma Casa Blanca no le servirá a Trump para aferrarse al poder, pero sí para construir una idea colectiva poderosa; “a mí no me derrotan, me roban”. ¿Quién? La mafia en el poder, los barones de Wall Street, los opositores al proyecto de neograndeza yanqui.

A partir de su bravucona victimización, el populista consolida una base social suficiente para intentar tomar por asalto el partido republicano y desde ahí, contener el posible éxito de los demócratas, boicotear y torpedear para dentro de cuatro años intentar volver a mandar. Trump personifica a los extremistas, a los excluyentes, a los racistas y xenófobos. Que no son pocos.

Finalmente, la polémica desatada por la decisión de tres cadenas nacionales de televisión para interrumpir el mensaje del presidente Trump antier sobre el presunto fraude, abrió el debate sobre el papel de los medios cuando, desde cualquier posición de poder, la imprecisión y la falsedad se esparcen como verdades oficiales. Interesante.

El antídoto.

Después de la pandemia, ¿qué sigue? ¿Quién asumirá el liderazgo mundial en salud, educación, medio ambiente, tecnología y sociedad? Éstas y muchas otras interrogantes apremian. El conocimiento es y será la mejor herramienta para posicionarnos como nación y enfrentar los múltiples nuevos retos de una sociedad global.

Kybernus es una acción ejecutiva de Grupo Salinas que desde hace nueve años innovó al tomar la estafeta con base en liderazgo, conocimiento y aprendizaje bajo un nuevo modelo multiplataforma. A través de Conversatorios con personajes como Enrique de la Madrid, director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey, Joan Carles Segura, CEO de Play Business y Baltazar Rodríguez, consultor estratégico de IBM abordaron hace dos días el tema de la innovación tecnológica y el emprendimiento como pilares para una economía fortalecida.

Estos ejercicios de comunicación y aprendizaje los encabeza Kybernus a partir de la colectividad de ideas, la dispersión de la inteligencia individual y colectiva. La creación de prosperidad y futuro son hoy, más que nunca, un desafío que sólo puede afrontarse con inclusión, liderazgo y propuestas.