Reto escolar

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
David E. León RomeroLa Razón de México
Por:

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que 5.2 millones de personas de entre 3 y 29 años de edad no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021; esto, aunado a la cifra de alumnos que abandonaron el ciclo escolar anterior sin concluirlo satisfactoriamente. Las escuelas en nuestro país permanecen cerradas y padres e hijos se las arreglan para dar continuidad a la educación de sus hijos que se vio interrumpida por la aparición del Covid-19.

La suspensión de clases presenciales fue uno más de los golpes que debió resistir la familia mexicana en esta contingencia. Llevar la escuela a la casa no es lo idóneo. Nada como el espacio físico con los compañeros para convivir y aprender. Nada como los maestros, su metodología y materiales para cultivar la educación. Los padres no estamos lo suficientemente capacitados para hacer las veces de maestros. Gran número de hogares en nuestro país no cuentan con los elementos y recursos suficientes para hacer las veces de salón de clases. Los niños en casa se distraen fácilmente y terminan cumpliendo a medias las indicaciones que el programa a distancia exige. Las familias mexicanas hicieron un esfuerzo importante en distintos sentidos para contrarrestar las debilidades y que los niños aprendan lo mejor posible, objetivo que en gran número de ocasiones no se cumplió.

El informe presentado por el Inegi revela que las causas de que más de 5 millones de alumnos no se hayan inscrito al nuevo ciclo escolar están relacionadas con el Covid-19 y la disminución en los ingresos económicos de las familias.

La mezcla de factores juega fuertemente en contra de los alumnos: la disminución en los ingresos en casa, aunado a las complejidades en los procesos de educación a distancia y, en algunos casos también, especialmente en los planteles privados, la disminución de los beneficios recibidos, al pagar una colegiatura por la que no se recibe el servicio que anteriormente se obtenía.

En esta coyuntura, muchos niños de nuestro país han dejado la escuela y han comenzado a ayudar a sus padres en el intento por incrementar los ingresos familiares. El reto está en lograr que los alumnos continúen sin interrupciones un proceso educativo eficiente en estas condiciones y que aquellos que han dejado la escuela, vuelvan a ella. Todos sabemos del valor que tiene la educación y la brecha que por décadas se ha intentado cerrar entre aquellos que tienen acceso a ella y los que desafortunadamente no la tienen o la reciben de manera deficiente. Los resultados revelados por el Inegi nos obligan a redoblar esfuerzos en un contexto en el que esa brecha sin lugar a dudas se ha abierto más.

El Gobierno de México se empeña por reabrir los planteles y reiniciar las clases presenciales en aquellos estados donde el Covid-19 ha cedido parcialmente; sin embargo, ello no será posible en el corto plazo a nivel nacional. La situación es enormemente compleja, pero representa en sí misma una oportunidad inmejorable para replantear y fortalecer nuestro sistema educativo.