Eduardo Marín Conde

El genio de Woody Allen

CINEBUTACA

Eduardo Marín Conde
Eduardo Marín Conde
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Woody Allen (Allan Stewart Konigsberg, su nombre verdadero) cumplió esta semana 85 años. Su obra es una de las más destacadas en la historia, por la cantidad de filmes de alta calidad que nos ha legado, casi todos en las décadas de los 70 y 80. Muy pocos cineastas a nivel mundial son tan conocidos y muy pocos pueden presumir de haber logrado tantas películas sobresalientes.

Es cierto que, en su vastísima filmografía, ha sido muy desigual y ya es notorio su declive. En su prolífica carrera como director hay tres etapas claramente diferenciadas: sus inicios, donde se hizo popular por sus películas abiertamente cómicas, cargadas de chispa e irónico ingenio, como “Robó, huyó y lo pescaron”, “Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo… pero temía preguntar” y “La última noche de Boris Grushenko”.

El sorpresivo viraje se dio en 1977 cuando realizó, escribió y estelarizó “Annie Hall”, en la que impactó con una obra tan profunda como amena. El humor seguía presente pero ya no era la esencia del relato, sino complementario a una historia humana, que surgía como parte de la cotidianidad de la vida. La Academia de Hollywood lo recompensó con el Oscar a Mejor Película y Mejor Director. Había surgido uno de los grandes cineastas del nuevo cine norteamericano, un Bergman con humor.

En 1979 nos entregó otra joya: “Manhattan”, en el que, sin concesiones ni convencionalismos, abordaba la relación entre un hombre maduro y una chica menor de edad, pero emocionalmente madura. Brillante retrato de las relaciones humanas. Ahora, en tiempos de la dictadura de lo políticamente correcto, el filme es rechazado por ciertos sectores intolerantes, por la conducta “inapropiada” del personaje.

Luego, en una década, realizó, en un frenesí de creatividad, 12 filmes de admirable consistencia, abordando sus temas preferidos: las relaciones de pareja, el sexo, la existencia de Dios.

Pero la inspiración chocó con su inexplicable obsesión por dirigir una película cada año, y a partir de 1996, con el musical “Todos dicen que te amo”, su calidad fue decayendo. En su tercera y lastimosa etapa, se ha repetido a sí mismo, con aislados momentos de ingenio, pero con abundantes situaciones forzadas, sin encanto. Desde el año 2000 ha dirigido 20 películas, de las que sólo tres destacan (“Match Point”, “Medianoche en París” y Jazmín azul).

Woody Allen posee 23 nominaciones al Oscar (16 por Guion Original, siete por Director, récord histórico combinado), además de una como Actor estelar. Ha ganado cuatro (uno como Director, tres como Guionista). Eso sí: nunca ha asistido a la ceremonia, salvo en 2002 cuando hizo acto de presencia para exhortar a productores a seguir filmando en su adorado Nueva York tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.

Para mostrar su enorme herencia, apunto 10 filmes imperdibles: “Manhattan”, “Hannah y sus hermanas”, “Annie Hall”, “Crímenes y pecados”, “Zelig”, “Match Point”, “Broadway Danny Rose”, “Interiores”, “Maridos y esposas”, “La rosa púrpura de El Cairo”.