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Sostenibilidad y talento en las empresas

NUEVOS HORIZONTES

IRALTUS*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Por Leonor Fernández del Busto

En ocasiones anteriores hemos resaltado la creciente importancia de la sostenibilidad en las empresas. Lejos de ser un centro de costos, es un generador de oportunidades de negocio. Una empresa sostenible aporta a la comunidad valor social, económico y medio ambiental; hacia adentro, genera oportunidades, promueve la innovación y fortalece la ventaja competitiva.

Ésta va más allá de una relación calidad-precio, recursos tecnológicos, financieros o comerciales; en este sentido, el capital humano juega un papel fundamental, las personas son el motor de los resultados.

En un mundo en el que los bienes y servicios tienden a la “comoditización”, la motivación y el compromiso de los colaboradores juegan un papel fundamental en la satisfacción del cliente como elemento diferenciador.

¿Cómo se relacionan la motivación y el compromiso de los colaboradores con la sostenibilidad?

En los dos últimos años ha aumentado el interés en asuntos ambientales y sociales en todo el mundo. Un estudio realizado por Schroders, antigua firma administradora de fondos de inversión a nivel internacional, reporta que más de la mitad de sus 23 mil encuestados consideran que los problemas sociales y ambientales son más importantes ahora que antes de la pandemia.

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Accionistas, consumidores y colaboradores ejercen una presión creciente para exigir a las empresas actuar comprometidamente en la solución de problemas relacionados con cambio climático, diversidad, inclusión, equidad y justicia social, entre otros. Y esta exigencia permea al mercado laboral.

En primera instancia, cuando pensamos en una oferta de trabajo nos viene a la cabeza un grupo de personas luchando por conseguir un puesto; sin embargo, cuando se trata de contratar y retener al mejor talento, hay elementos importantes que nos muestran hacia dónde se está inclinando la balanza.

Según el Informe anual InfoJobs-Esade sobre el Estado del Mercado Laboral, el 81% de las personas que buscan empleo en España se informa sobre la reputación de la empresa antes de postularse y el 70% ha descartado la posibilidad de postularse, como consecuencia de una mala reputación.

A nivel internacional la situación es similar, de acuerdo con los datos publicados por KPMG sobre preferencias profesionales, el 84% de los estudiantes encuestados afirma que no estaría dispuesto a trabajar en una organización cuyos valores no mantuvieran una línea de congruencia con los suyos; prácticamente 9 de cada 10 consideran importante que la organización marque una diferencia positiva en el mundo.

Sabemos que el interés de las empresas no se centra solamente en atraer el mejor talento, es fundamental poder retenerlo para mantener la ventaja competitiva; para los colaboradores es cada vez más relevante y significativo la misión y el propósito que persiguen las empresas. Las organizaciones que invierten en iniciativas de sostenibilidad tienden a crear un compromiso entre los colaboradores al enfocarse en temas de relevancia, ya que generan un sentimiento de orgullo al ser parte de un esfuerzo mayor que implica trascendencia lo que se traduce en mayor lealtad y permanencia, por lo tanto en menor rotación y mejor posicionamiento como marca empleadora.

Por donde lo veamos, la orientación a la sostenibilidad se generaliza y se posiciona como un imperativo estratégico para las empresas.