Arturo Damm Arnal

Decrecimiento y menor crecimiento

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Ya tenemos la información, para mayo, del Indicador Global de la Actividad Económica, que mide el comportamiento de la producción, variable con la que se mide el crecimiento de la economía, relacionada con la creación de empleos, para producir alguien tiene que trabajar, y con la generación de ingreso, a quien trabaja se le paga, empleos e ingresos de los que depende el bienestar.

En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, este fue el comportamiento de la actividad económica durante los primeros cinco meses del año (entre paréntesis el dato de 2021): enero, 0.4 por ciento (menos 0.3); febrero, 0.0 (menos 0.8); marzo, 0.4 (3.5); abril, 1.1 (menos 1.2); mayo, menos 0.2 (0.5).

Después de haber crecido 1.1 por ciento en abril la actividad económica decreció 0.2 en mayo. Entre enero y mayo del 2021 creció 0.34 por ciento en promedio mensual. Entre enero y mayo del 2022 mismo resultado, 0.34.

Las actividades primarias (agricultura, ganadería, silvicultura, pesca, caza, aprovechamiento forestal), que aportan el 3.9 por ciento de la producción, crecieron 2.2 por ciento; las secundarias (industria), que aportan el 36.1, crecieron 0.1; las terciaras (servicios), que aportan el 60.0, decrecieron 0.3.

En términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, este fue el comportamiento de la actividad económica a lo largo de los primeros cinco meses del año (entre paréntesis el dato de 2021): enero, 2.0 por ciento (menos 4.8); febrero, 2.8 (menos 4.3); marzo, menos 0.3 (0.9); abril, 2.0 (21.1, consecuencia del efecto rebote); mayo, 1.3 (25.7, consecuencia del efecto rebote).

Después de haber crecido 2.0 por ciento en abril la actividad económica creció 1.3 en mayo. Entre enero y mayo del año pasado creció 7.72 por ciento en promedio mensual (promedio elevado consecuencia del efecto rebote de abril y mayo). Entre enero y mayo pasados 1.56.

Las actividades primarias crecieron 3.0 por ciento, las secundarias 3.1, las terciaras 0.3.

Fue el comportamiento de las actividades terciarias, que aportan el 60.0 por ciento de la producción, el que frenó la actividad económica, tanto en términos mensuales como anuales.

El nivel de la actividad económica en mayo fue similar al que se alcanzó en febrero de 2020 y se ubicó 2.02 por ciento por debajo del máximo histórico que se logró en agosto de 2018, antes de que apareciera el Efecto 4T, antes de que surgiera el Efecto Covid, muestra de lo que todavía falta para poder hablar de recuperación, sobre todo si por tal entendemos, una entre otras posibilidades, recuperar los máximos históricos que ya habíamos logrado para, a partir de allí, empezar a mejorar, para lo cual se necesitan más inversiones directas, que son las que se destinan a la producción de bienes y servicios, a la creación de empleos, a la generación de ingresos, mismas que, en abril pasado, se encontraron al nivel de diciembre de 2013 y 10.55 por ciento por debajo del máximo histórico de julio de 2018, muestra del fuerte retroceso que hemos tenido en esta variable tan importante, de la que dependen directamente producción, empleos e ingresos e, indirectamente, el bienestar de las personas.

En mayo, en términos mensuales, decrecimiento. En términos anuales, menor crecimiento. Mal en ambos casos.