Julio César Díaz Calderón

Infancias Trans: Entre el reconocimiento del Estado y los pánicos morales

TINTA ITAM

Tinta ITAM *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Foto: La Razón de México
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El 26 de agosto, el Congreso de la Ciudad de México dejó fuera de la orden del día de su última sesión extraordinaria la discusión y la votación en el pleno de una Ley que permitiría el cambio de identidad de género para las personas menores de 18 años en sus actas de nacimiento por la vía administrativa. Un derecho que se garantiza desde 2015 para las personas mayores de edad y que está protegido por el Derecho Internacional con documentos vinculantes para el Estado mexicano como la “Opinión consultiva OC-24/17” de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) del 24 de noviembre de 2017.

La justificación de ese Congreso fue que no existían los consensos necesarios para su aprobación. Esto causó frustración para activistas pues en los días previos personas diputadas de los partidos políticos de Morena, PRD, PT y PVEM se pronunciaron a favor de la Ley de las Infancias Tras, como popularmente se le conoce. La Ley se encontraba en la congeladora del Congreso desde noviembre de 2019 cuando se aprobó por las dos comisiones internas tal y como se establece en el proceso legislativo de dicho organismo.

El mismo día, TikTok eliminó la cuenta de César ante denuncias de algunos de sus usuarios. César es un chico trans menor de edad con fuerte presencia en redes sociales. Genera contenido sobre su vivencia y da consejos y acompaña a otrxs chicxs trans que lo contactan por mensajes directos. Este acto represivo no es una novedad para las personas activistas trans, sino es una expresión más del fenómeno de pánicos morales que generan personas conservadoras para intentar eliminar la existencia y la resistencia trans. Se nos señala, se nos ataca con mentiras, se nos adjudican ataques a la moral y, lo más importante, las instituciones que se jactan de democráticas (como escuelas, centros médicos y deportivos, Congresos y hasta TikTok) prefieren ignorar nuestras respuestas desmintiendo los ataques y, en cambio, se nos silencia y castiga.

Gracias a la Jefa de Gobierno, el 27 de agosto se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el Acuerdo por el que se emiten los Lineamientos para Garantizar los Derechos Humanos en el Procedimiento Administrativo de Reconocimiento de Identidad de Género en la Ciudad de México de las Personas Adolescentes. Con ello, las personas trans a partir de los 12 años pueden acceder a sus actas de nacimiento por la vía administrativa; pero, las infancias trans quedaron fuera. Las infancias trans tienen dos opciones: someterse a un juicio patologizante, tardado y costoso (de hasta cien mil pesos) o, desde noviembre de 2020, viajar a Jalisco, el único estado donde es posible hacer el cambio de la identidad de género sin discriminación por edad.

El 7 de septiembre, el diputado Temístocles Villanueva presentó una nueva versión de la Ley de Infancias Trans que coexiste con la que ya está aprobada por las comisiones. Mientras tanto, las familias trans detrás de las 50,000 firmas a favor de la Ley que se entregaron al Congreso en agosto seguimos esperando. El resultado: las adolescencias trans tienen un Derecho Humano más garantizado, los pánicos morales contra las personas trans abundan y la población mexicana es cómplice de toda esta violencia transfóbica.