Ever Given

ENTREPARÉNTESIS

Julio Trujillo
Julio TrujilloLa Razón de México
Por:

Una racha de viento toma forma, se alza y levanta consigo espirales de arena, viajando lentamente por el aire. Esto sucede todo el tiempo. Una serie encadenada de pequeños fenómenos que se convierten en uno más grande: una tormenta, de arena. Tampoco es raro, y menos en Egipto, donde el polvo es también un faraón. La tormenta se desplaza como un animal y en uno de sus coletazos alcanza un barco. Sencillamente un barco.

¿De qué tamaño es? Desde el punto de vista de un satélite o de las estrellas (Charles Simic, en un poema sobre la velocidad, se refiere al punto de vista de la eternidad) es diminuto, una cosa inocua, un punto apenas sobre un vasto espacio. Desde el punto de vista de un hombre, o de una grúa, es enorme, colosal.

Datos duros: mide 400 metros de largo y 59 de ancho. Su longitud corresponde a cuatro campos de futbol. Como un rascacielos acostado, rascando el agua del Canal de Suez. La tormenta (que antes fue una ráfaga, que comenzó por alzar un grano de arena) pega en el barco, impide la visibilidad de los oficiales de cabina, mueve la enorme embarcación y ésta deriva, pierde el centro y termina por encallar, diagonalmente, obstruyendo el paso por una vía crucial, un hilo artificial de agua que conecta a Asia con Europa, al mar Mediterráneo con el Mar Rojo. Ever Given, se llama el barco que es ahora, en el sistema de circulación del capitalismo, un trombo, una embolia obstruyendo el flujo de todo tipo de mercancías desde el martes pasado. Las imágenes se convierten en símbolos instantáneos: barcos acumulándose a ambos lados del tapón, que ya le roba oxígeno a las acciones en la Bolsa, que está asfixiando al bitcoin, que revienta los precios del petróleo. Conviven el desafío logístico e ingenieril (¿cómo reflotar una mole de 224 mil toneladas?, ¿dragando, con remolcadores, aligerando sus 18 mil contenedores?) con el desplome financiero y se trabaja contra el reloj, ese tirano. Una sola excavadora, minúscula frente al Ever Given (megabuque ultragrande, según la caracterización superlativa) ofrece una postal perfecta para la creatividad metafórica y la espontánea producción de memes. El punto de vista es protagónico, las narrativas que ofrece la perspectiva. El Ever Given, también, como una barrera de usos múltiples, un sticker para el atasco y la cerrazón. El quebranto que provoca apunta hacia la fragilidad del sistema que nos rige, por supuesto. Tiene algo de virus. Yo no dejo de ver y actualizar la imagen satelital de una rayita, una cosa de nada (como un grano de arena), atravesando en diagonal el canal mientras cientos de otras rayitas se acumulan y esperan... Es capital ocioso y es, perdonen ustedes, muy bello. Una mariposa aletea y un sistema dinámico caótico dispara todo tipo de situaciones insospechadas. Hacer el rastreo de la concatenación será fascinante, pero esta aventura no ha terminado. La historia continúa, los guionistas salivan y el azar sigue aporreando su invisible teclado.