Infonavit, al filo de los sobres

Mañana jueves, el instituto a cargo de Carlos Martínez Velázquez revisará las propuestas técnicas para imprimir y ensobretar 24 millones de recibos de cobro de la licitación 024/GA/2022-88568, y por la cual se asignará un contrato estimado en cuando menos 240 millones de pesos; es la segunda ocasión que se concursa luego de que fuera declarado desierto en una primera ocasión, tras ventilarse una serie de anormalidades urdidas desde la subdirección general de Gestión de Cartera —a cargo de Alicia Barrientos Pantoja—, que inclinaron la balanza a favor de un tirador, la consentida MBM, de Alfonso Pérez Barona.

La primera licitación se declaró desierta el mes pasado bajo el ya consabido argumento de que ninguno de los concursantes cumplía los requisitos técnicos, y se convocó a una nueva licitación…, pero en la que también se sospecha que Barrientos Pantoja “sembró” de nueva cuenta candados técnicos, pese a que su jefe directo, Martínez Velázquez, habría ordenado se evitara cualquier sesgo.

Habrá que estar pendientes de cómo se desenvuelve este proceso, ya que Barrientos Pantoja se ha dado aires de “influyente” en las altas esferas de Palacio Nacional, en tanto que Martínez es uno de los funcionarios más eficientes y transparentes de la actual administración.

¿Quién podrá más en definir el derrotero de un concurso del que depende la calidad y prontitud de la cobranza, de la que es la institución hipotecaria más importante de América Latina?

Haga sus apuestas.

Grabaciones en el ISSSTE. Algo que está feo está sucediendo en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, que dirige Pedro Zenteno: se está generando una profunda crisis con los proveedores y fabricantes del sector salud, a los cuales tienen sin pagar en forma regular desde que arrancó el año.  Tal pareciera que dentro del desorden existe un orden y un factor común: existen múltiples contratos sin firmar, tanto de medicamentos como de servicios, y en otros, incluso ya con contratos, en especial de equipamiento, ahora sufren extorsiones de áreas presupuestales para poder liberar los “oficios de inversión” y que procedan los pagos, pese a que fueron adjudicados en licitaciones, firmaron contratos y entregaron equipos en tiempo, claro, previo pago de piso primero en el almacén central, con huestes de Mónica Cristina Cummins. Y ahora, con el pretexto de que los oficios de inversión con que licitaron no son válidos, hay una persona en el área de presupuesto que cobra por liberar dichos oficios.  

Ayer tuve oportunidad de escuchar una grabación, en donde una persona que al parecer responde al nombre de Salvador Argüelles López, cita a proveedores en sus oficinas, y no solamente les ofrece liberar los oficios de inversión y los pagos, sino que busca que le recomienden “más clientes”, o sea proveedores de equipamiento con apuros para cobrar, a fin de facilitarles la vida. ¿Quién será? Claro, esto sin contar con que todavía tienen que sobrevivir al famoso “pago de token”, es decir, la llave mágica para que paguen rápido o de lo contrario se genera un largo periodo de espera, o pagos a través del servicio de factoraje de cadenas productivas, lo que encarece ser proveedor del Instituto.

Por otro lado, si alguien desea acelerar sus contratos de servicios integrales, debe tener la fortuna que tuvieron los proveedores de ambulancias de Casanova Rent (que dirige Joaquín Echenique), que pudieron renovar su contrato de arrendamiento de después de seis años, contando con la venia del director de Recursos Materiales, Jorge Navarro, de quien ya hemos comentado.

¿Ustedes saben quién es el factor común, si es que dicha grabación corresponde a Salvador Argüelles, y el susodicho Navarro?

AIFA, aeropuerto regional y de carga. Ni le busque, la terminal a cargo de Isidoro Pastor tiene por alcance el de un aeropuerto regional dentro del llamado Sistema Aeroportuario Metropolitano; y también de carga, pues el segundo decreto de Andrés Manuel López Obrador hace sentido con ello: enviar los más de 23 mil vuelos anuales de cargueros al AIFA, aunque tampoco estaría mal enviar los casi 13 mil vuelos oficiales para allá, para poner el ejemplo.