Mauricio Flores

A pagar 11.1 mil millones de pesos por Amlodipino

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
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Como lo lee: la oferta agregada de medicamentos para el sector público que elaboró el Insabi, de Juan Ferrer, para que UNOPS realice las compras correspondientes a 2021, incluye la clave 5802 para 11 millones 709 mil 133 piezas de Amlodipino (con Irbesaratán) por las que se pagarían 11,100 mdp por el fármaco que López Obrador recomendó en febrero de 2018 usar al entonces presidente Enrique Peña Nieto para aplacar sus nervios y no se inmiscuyera en las elecciones de ese año.

Se compran anualmente unas 600 mil piezas de ese medicamento antihipertensivo, así que resulta extraño que ahora se demande un volumen casi 20 veces mayor. ¿Se debe ello a una alta preocupación por las elecciones intermedias de 2021 o porque estuvo mal formulada la oferta del Insabi, por lo que la UNOPS, aquí a cargo de Guiseppe Mancinelli, tuvo que hacer un concurso con tales errores? Me inclino a creer la segunda hipótesis. Por más cardiaca que esté la situación sanitaria y económica del país, no parecería lógico que millones de personas necesitaran apaciguar sus corazones con ese tratamiento. Y también por el análisis que realiza el Instituto Farmacéutico México, de Enrique Martínez, revela que la clave de Amlodipino fue una de las 141 claves por las que no hubo ninguna oferta el viernes pasado y porque surtir 11.7 millones de piezas resulta misión imposible para cualquier laboratorio del mundo amén de, anómalamente, consumiría 29% del presupuesto total por UNOPS en caso de éxito en la compra de otras 1,041 claves.

Sudafricanos vs. mexicanos. Otro dato no menos anómalo en el concurso organizado por la UNOPS es que se apersonó un laboratorio sudafricano, el Mssat Albidah Alkqrii, que no conocen ni en su casa, pero que presentó 393 ofertas de suministro médico para ser así el más importante oferente (con 15.3% de las ofertas), incluso arriba de las grandes firmas mexicanas como Pisa y Psicofarma, de Carlos Álvarez y Efrén Ocampo, respectivamente.

Y si se considera que los laboratorios mexicanos (incluyendo los que la SFP, de Irma Eréndira Sandoval, ha intentado inhabilitar sin éxito por ahora) presentaron ofertas por 80% de las claves y 90% del valor y, por tanto, que son las firmas nacionales las que salen al quite, ¿Qué sentido tiene pagar 130 millones de dólares a la UNOPS, que lleva Grete Faremo, por un concurso que pudo realizar el IMSS, de Zoé Robledo?

Qué resuelve la propuesta de la SHCP. Resultó muy afortunada la posición proactiva de la SHCP, de Arturo Herrera, para encontrar soluciones que permitan a migrantes, comerciantes y trabajadores del sector turístico obtener precios justos por los dólares que reciben. La tecnocracia del Banxico, que hoy lleva Alejandro Díaz de León, olvidó ese problema por más de una década; tuvo que venir la presión política, a través de la iniciativa de ley del senador Ricardo Monreal (que, por cierto, no representó amenaza para la autonomía del Banxico) para que buscaran diseñar mecanismos de comercio equitativo de divisas. Habrá que analizar si los instrumentos propuestos por SHCP resultan efectivos para un seguro canje de dólares, si se rompe el cuasi monopolio de corresponsalía que ostenta Bank of America, a cargo de Emilio Romano…