Mauricio Flores

Nos quieren volver locos

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El impacto sónico sobre la zona sur-sureste del Valle de México, inducido por el “rediseño del espacio aéreo” efectuado por el Senam, de Víctor Hernández, supera todos los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud que encabeza Tedros Adhanom: la medición efectuada por el doctor en ciencias Rafael Trovamala sobre 26 puntos de las nuevas rutas para el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México demuestra que el ruido supera a toda hora los niveles propicios para convivir y descansar, deteriorando la capacidad cognitiva en niños y potenciando enfermedades cardiacas y mentales.

Lo más preocupante del diagnóstico científico elaborado en mayo del año pasado a petición del Colectivo Ciudadano +Seguridad-Ruido, es que a la autoridad aeronáutica no le ha sido para nada importante. Vaya, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), a cargo del general Carlos Rodríguez, busca aprobación fast-track de una Norma Oficial Mexicana 036 para imponer niveles de ruido por arriba tanto de lo recomendado (entre 40 y 55 decibeles) por la OMS y de la propia OACI, que lidera Salvatore Sciacchitano.

La investigación de Trovamala concluye “una de las variables que produce la respuesta adversa que ha tenido la comunidad ante el cambio de las aerovías empleadas en las rutas desde y hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es que el salto de los valores de ruido de fondo hasta los valores máximos instantáneos producido por el paso de aviones, ha alcanzado diferencias de más de 30 dBA”.

Para el experto que trabajó en el National Institute of Standards and Technology US, la AFAC busca legitimar una norma de ruido aéreo a modo para “normalizar” niveles de entre 89 y 106 decibeles sin metodología de cómo medir, dónde medir y cómo paliar el efecto del ruido. 

Pero todo sea para que Santa Fantasía que se inaugure el 21 de marzo.

Cozumel, ¿legal o no el cuarto muelle? La Secretaría de Marina está ante la disyuntiva de seguir validando o no la concesión otorgada a Muelles del Caribe (de José Enrique Molina) por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para desarrollar una nueva terminal de cruceros en Cozumel. De acuerdo con abogados del sector marítimo, dicha concesión violaría preceptos de Ley de Puertos, como por ejemplo el artículo 10 Fracción I, pues no debió otorgarse como una terminal de uso particular que recibe embarcaciones de servicio al público. También se violaría el artículo 24, pues se trató de una concesión directa sin contemplar un concurso público, incluso en detalles como qué ese muelle “se brinca” la Zona Federal Marítimo Terrestre mediante un puente que cruza cruzando la calle Rafael E. Melgar. Vaya, que la concesión se emitió sin que Muelles del Caribe contara -al momento de presentar su solicitud- con el título de concesión o permiso de la Zona Federal Marítimo Terrestre y la autorización en Materia de Impacto Ambiental; ambos incidentes violarían el artículo 17 fracciones 13 y 14 del Reglamento de la Ley de Puertos. Veremos cómo actúa Semar.

Sener precisa. La empresa de ingeniería Sener, que encabeza Andrés Sendagorta y que participa en la construcción del Tren Maya en apoyo directo a Fonatur, que tiene una plantilla en México de más de 400 personas, aclara que no construye ningún tramo y que tampoco trabaja con ICA, de Guadalupe Philips, en su tramo.