Mauricio Ibarra

La diseñadora y las bodas de la diversidad

STRICTO SENSU

Mauricio Ibarra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Ibarra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Una diseñadora de páginas de Internet avecindada en Colorado, llamada Lorie Smith, decidió expandir su negocio incluyendo servicios para parejas que desearan casarse.

A la señorita Smith le preocupaba que, basándose en la ley antidiscriminatoria local, las autoridades de Colorado le obligaran a hacer sitios en la red para matrimonios no reconocidos por sus convicciones. De ahí que, basándose en la Primera Enmienda constitucional que tutela la libertad de expresión, iniciara una acción legal que impidiera al Estado forzarla a crear páginas de Internet en las que celebrara matrimonios contrarios a su creencia de que sólo son matrimonios las uniones entre mujer y hombre. La ley impugnada obliga a los proveedores de bienes y servicios a prestarlos de manera plena e igual a cualquier cliente, independientemente de raza, credo u orientación sexual, estableciendo penas a quien viole sus disposiciones.

En sus alegatos, Lorie Smith dejó establecidos varios hechos: que estaba dispuesta a trabajar con cualquier tipo de gente, independientemente de clasificaciones de raza, credo, orientación sexual y género, creando sitios de Internet para clientes de cualquier orientación sexual; que no crearía contenido que contradijera la “verdad bíblica”, independientemente de quien lo ordenara; que su creencia respecto a que el matrimonio es la unión entre una mujer y un hombre era una convicción sincera; que sus creaciones son originales y hechas a la medida de sus clientes, y que en Colorado y el resto del país hay muchas compañías que ofrecen servicios de diseño de sitios de Internet a la medida de los clientes.

El caso de Lorie Smith fue analizado por un juez de Distrito que negó su solicitud de ser exceptuada de cumplir con la ley antidiscriminatoria. Decidió entonces acudir a la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito que ratificó la decisión del juez. De ahí que el asunto escalara hasta la Corte Suprema que el viernes pasado emitió su veredicto. El proyecto del justice Gorsuch, aprobado por una mayoría de seis contra tres, consideró que la Primera Enmienda constitucional prohíbe a las autoridades de Colorado obligar a Lorie Smith a crear diseños que expresen mensajes con los que ella no está de acuerdo. Al ser avalada por los seis togados conservadores, con el voto en contra de los tres liberales, la resolución contribuye a abonar la percepción de que las resoluciones del máximo tribunal estadounidense se han ido politizando.

Es importante destacar que la sentencia no reivindica valores religiosos, sino las libertades de pensamiento y expresión. Mientras la diseñadora se acoge a la protección de la Primera Enmienda, las autoridades de Colorado buscan obligarla a expresar algo en lo que no está de acuerdo. Siguiendo esa lógica, el gobierno puede obligar a cualquier persona que cobre por expresarse, a hacerlo sobre cualquier tema, aun cuando esté en desacuerdo con el mensaje. De rehusarse, las autoridades podrían castigarlo. La no discriminación es esencial en una sociedad democrática, empero, su reivindicación no debe atropellar la libertad de expresión.