Montserrat Salomón

Escala la tensión en Ucrania

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Todos sabemos que Vladimir Putin, exagente de la KGB y líder de Rusia desde hace décadas, es un estratega sin igual. Jamás se ha dudado que cada paso que da está fríamente calculado y que poco a poco ha ido cimentando su sueño de regresar a las glorias de la Rusia imperial. Sus recientes movimientos militares rodeando Ucrania no son inocentes y llenan de preocupación a propios y extraños.

Si bien Ucrania es una antigua república soviética, es un Estado independiente que tiene la desgracia de tener una gran frontera con Rusia, fuertes implicaciones en las vías para extraer y transportar gas a Europa y una posición geográfica envidiable con sus salidas al mar. Por esto, Putin la ha tenido en la mira desde hace tiempo, como cuando provocó un conflicto en Crimea que terminó con una polémica anexión de la península y desató una guerra en ese territorio.

Ucrania ha corrido a pedir ayuda a la Unión Europea y ha solicitado reiteradamente unirse a la OTAN como medida defensiva. Sin embargo, Europa no le ha dado acceso, porque saben que esto les acarrearía un conflicto directo con Rusia. Una vez más la Unión muestra sus grietas y dudas ante el poderío ruso y su dominio energético sobre sus territorios.

Bruselas se encuentra entre la espada y la pared ante la inminente acción rusa sobre Ucrania. Algunos países han enviado armamento defensivo a Ucrania; sin embargo, países como Alemania se han mantenido al margen calculando la conveniencia de mantener su lazo diplomático con Rusia.

Esta división es justo lo que Putin busca. Es poco probable que declare una guerra abierta en Ucrania. EU ya ha dado un golpe en la mesa advirtiendo que habría consecuencias fuertes. Lo que busca es mucho más sutil: desestabilizar, dividir y buscar pretextos para avanzar como en Crimea, con el pretexto de defender a sus ciudadanos asentados en esos territorios. Putin es probablemente el mejor estratega en el escenario político de la actualidad.

En un intrincado juego de ajedrez, Putin tiene en vilo al mundo entero tratando de anticipar su próximo movimiento. Estando al borde de la guerra, pero sin llegar a ella. Siendo víctima de sanciones y acusaciones infundadas, y victimario con su acoso militar y su inteligencia desestabilizadora operando al interior de Ucrania.

La OTAN tiene que definir si acepta a Ucrania y se enfrenta a Rusia o si cede a las demandas de Putin y retira su influencia de las fronteras rusas. Sea como sea, el presidente ruso ha logrado poner el balón del lado de Occidente, sin perder su control del tablero y escondiendo hábilmente su mano. No sería de extrañar otro movimiento como el de Crimea, provocando que la comunidad internacional decida mirar para otro lado por temor a un conflicto a gran escala.