Nemer Naime

Cristiano Ronaldo: o cómo dejar a la salud fuera de lugar

OJO AL GARABATO

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Cristiano Ronaldo entra en la sala de prensa. Las cámaras lo enfocan. Se sienta en su lugar asignado y, a falta de preguntas, observa a su alrededor. Frente a él está una botella de agua y dos botellas de Coca-Cola, patrocinador oficial. Cristiano decide quitar las dos botellitas de Coca-Cola. Y dice: “Agua sí, Coca-Cola no”. Fue la frase que justificó su acción.

Fue una cosa de segundos.

Fueron segundos que desplomaron las acciones de Coca-Cola.

Cristiano Ronaldo, por sí solo, tuvo un efecto millonario en el mercado: resaltó la importancia de un recurso natural vital para nuestra existencia saludable tanto en esfera colectiva como en individual.

Pero pasó algo más también. Mucho más dañino y poco comentado. Los oficiales de la UEFA (para quienes no saben de futbol, sería el equivalente a nuestra Concacaf, órgano regional que administra todos los quehaceres y logísticas del futbol en la región) regañaron a Cristiano.

Le dijeron, “Cristiano, no actúes así. Coca-Cola nos da mucho varo para realizar estos eventos”.

Cristiano obviamente los ignoró. Lleva 5 goles en el torneo. Ha roto el récord de goleador continental. Sigue firme, potente, inigualable. Cristiano toma agua y no Coca-Cola.

¿Cómo es posible que una empresa tan poderosa, tan dañina para nuestro mundo y nuestra salud tenga derecho a sobreponerse a valores más importantes como la salud? ¿Por qué los oficiales de la UEFA salieron a defender a Coca-Cola y no a defender el agua, la salud, el deporte y el bienestar? ¿Cómo puede un producto comprobado en afectar negativamente la salud ser patrocinador de un evento deportivo?

Aquí viene lo torcido de todo esto.

Coca-Cola es una de las empresas que más contamina nuestro mundo y nuestro cuerpo (cuenta todas las botellas de plástico que producen y tiras; cuenta la cantidad de azúcar que contienen sus bebidas que someten a personas obesas o diabéticas; cuenta la cantidad de agua potable que pintan, azucaran y contaminan para llegar a ser refrescos).

Coca-Cola es el patrocinador de quien sabe cuántos eventos deportivos, incluidos la Copa Mundial, la Eurocopa y los Juegos Olímpicos. ¿Es posible vivir sanamente en un mundo como el que continuamos patrocinando?

Esta pregunta nos abre muchas vertientes filosóficas, muchos debates necesarios, muchas economías incongruentes… pero al final, regresaríamos a lo que el neoliberalismo nos ha acostumbrado: el dinero.

En este mundo enfermo, la salud sigue en fuera de lugar.

¿No hay otros mecanismos para conseguir “varo” que sean coherentes con una normalidad más consciente, más saludable, más solidaria, más corresponsable?

No lo sé. Yo sólo sigo atento a los goles y acciones de Cristiano Ronaldo: el ser humano más sano de todo el siglo XXI… ser humano que toma agua y le mete goles a Coca-Cola.