El momento electoral

En las elecciones todos los votos tienen una causa - el por qué un elector elige una opción-decisión que se va decantando hasta el día de la votación.

Esta decisión tiene 6 etapas: 1) la coyuntural al inicio de un proceso, ubicada entre agosto-octubre del año previo al día de la elección; 2) la preelectoral que va de noviembre a diciembre, donde se conoce jugadores, métodos de selección, coaliciones, alianzas y plataformas; 3) de precampañas donde se seleccionan candidatos; 4) de intercampañas que va desde la selección candidatos, hasta que comienza la siguiente etapa; 5) de campañas donde las fuerzas electorales compiten entre si, y por último, 6) el día de la jornada electoral.

A principios de Marzo de 2021, la elección se encuentra entre el periodo de precampañas e intercampañas. Habiéndonos situado en este “embudo” debemos analizar cuál es el corte de caja rumbo al día de las elecciones.

La coyuntura en que inició el proceso se dio en medio de un repunte del Coronavirus, una crisis del empleo, una percepción negativa de resultados de gobierno, y una evaluación presidencial en recuperación. Esto generó un descenso de Morena en las preferencias electorales a un mínimo de entre 24 y 32% reportado por las encuestadoras Enkoll, Buendía y Márquez y Alejandro Moreno; PAN y PRI no se movieron de entre 9 y 12%.

En el periodo preelectoral, voces en las élites culturales, educativas, sociales y económicas de la sociedad civil alentaron una alianza entre PAN, PRI y PRD. Esto llevó a un repunte de preferencias para el PAN y el PRI, que llegaron a entre un 12 y 15% reportado por Mitofsky, Buendía y Márquez y Lorena Becerra. Se puede concluir que la coalición generó una atracción inicial positiva hacia las elecciones y la oposición.

En las precampañas la situación se ha empantanado producto de la selección de candidaturas en favor de quienes dominan los partidos. La oposición no ha logrado generar los consensos e inclusión que la presente más competitiva, esto ha derivado en la disminución del activismo de la sociedad civil y el consecuente desinterés de los votantes en la elección. El último dato presentado por Buendía lo refleja: solamente 41% de los encuestados indican que es muy probable que vayan a votar. Hace seis años, el porcentaje equivalente era de 57%, llegando a las urnas sólo 47%.

En suma, las élites de la sociedad civil incidieron en la creación de una coalición en la que vieron un vehículo para obtener espacios clave de representación, y de refresco de la vida pública, esto resultó atractivo para los electores. Sin embargo, al llegar a la etapa de las candidaturas, han topado con la cerrazón de los partidos. Las dirigencias partidistas y la sociedad civil, deberán resolver este mes sobre la inclusión, de lo contrario los electores perderán atracción e interés, y por consecuencia el deseo final de votar; frente a ellos estará un oficialismo con muchos recursos y una estructura robusta.