Rodrigo López San Martín

Morena y la 4T después de AMLO

ES LA ESTRATEGIA...

Rodrigo López San Martín
Rodrigo López San Martín
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El contagio del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de Covid 19, evidenció lo que a todas luces es la mayor debilidad de su proyecto y de su partido: el vacío de liderazgo más allá de su persona.

En México, estamos acostumbrados a los superpresidencialismos. Históricamente, la figura del presidente se ha impuesto por encima de los demás Poderes de la Unión, de su partido, y de prácticamente cualquier otro actor político, social o económico.

Pero nunca, al menos en la historia moderna del país, un mandatario había abarcado tanto. AMLO toma decisiones, lanza ataques, dicta la agenda nacional, corrige o evidencia a sus colaboradores y es el único vocero confiable de su propia administración.

Tras el anuncio de su enfermedad, se desató una crisis de comunicación. La ausencia del presidente desató una ola de rumores, la mayoría absurdos, pero también dejó en la orfandad a su gabinete, sus legisladores, su partido y sus seguidores.

Durante 10 días la agenda política de México ha permanecido estática. Casi ningún actor, por más importante que sea su cargo, se atreve a llevar temas trascendentales a la agenda. Y los pocos que lo han hecho, saben que nada será determinante, hasta que regrese el presidente y respalde o no lo propuesto.

AMLO regresará. Seguramente tras recibir la mejor atención posible, el presidente se reintegrará pronto a sus actividades. Pero en 3 años, el sexenio terminará.

Y hoy, no se ve que alguien pueda tomar el liderazgo de la Cuarta Transformación. Por supuesto que hay aspirantes claros a la candidatura presidencial de Morena, pero ni Marcelo Ebrard, ni Claudia Sheinbaum, ni Ricardo Monreal, aglutinan ni al interior ni al exterior de Morena.

En algún momento, AMLO deberá decidir quién será el candidato de Morena a sucederlo. Pero se antoja muy complicado que algún perfil sume a todas las corrientes del obradorismo, y aún más difícil, que despierte ese fervor y activismo que López Obrador genera en sus seguidores.

En lo inmediato, vendrán las campañas electorales de 2021. Y con ellas, la veda electoral que impedirá o limitará la presencia del presidente y sus conferencias matutinas en medios de comunicación.

¿Qué van a hacer los candidatos de Morena sin AMLO marcando la agenda nacional todos los días? Porque hasta el día de hoy, la única bandera del morenismo es defender al presidente y su Cuarta Transformación.

Quizá estos días de crisis y vacío de comunicación hagan ver a López Obrador la necesidad de fortalecer a otros perfiles, además del suyo, para pensar en que su proyecto pueda consolidarse en un segundo sexenio. Pero se antoja complicado.