Valeria López Vela

Fuera del presupuesto, todo es discurso

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela
Valeria López Vela
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Cada año, a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, vemos pósteres, moños, plumas, entrevistas y conferencias por doquier. Y es, no hay que dudarlo, un paso pero que en la realidad por la que atravesamos, se queda muy corto frente a las necesidades sociales.

Las escandalosas tasas de feminicidio, los terribles datos de abuso sexual en la Iglesia o en la familia y la discriminación constante en los altos puestos laborales hacen que las campañas de comunicación y de sensibilización sean tan poco efectivas como recetar una aspirina a un paciente que padece cáncer.

Por ello, me gustaría que este año pensáramos opciones efectivas para revertir y mitigar la violencia que diariamente padecemos las mujeres.

Una primera idea sería revisar con atención las iniciativas legislativas que apoyan la perspectiva de género y que no han sido discutidas o aprobadas por negligencia de los encargados. Pues, sin un sistema de justicia que ataque las brechas de acceso por motivos de género, es imposible construir una sociedad igualitaria.

Un segundo aspecto sería la revisión de los presupuestos para saber cómo se ejercen los recursos destinados a construir la igualdad sustantiva; tenemos derecho a saber que el compromiso de los gobiernos es más que palabras y listones, pues se traduce en presupuestos que permiten acciones de gobierno.

Una tercera vía, sería conocer cuáles son las medidas de nivelación, las acciones afirmativas y las medidas de inclusión que ejercen las diferentes instancias gubernamentales; y, también, las que impulsan las universidades y las empresas.

Estoy segura de que si hiciéramos ese análisis en los diferentes países del mundo encontraríamos las causas y los remedios al problema de la violencia de género. Tomemos, por caso, el ejemplo del país que tiene más feminicidios por día: México.

La armonización legislativa para tener un tipo penal único para los casos de feminicidio no ha podido ver la luz; a pesar de que, cada día, mueren 10 mexicanas por esa causa.

En cuanto al ejercicio presupuestario, un análisis de la “carpeta 13” del ejercicio de 2019 mostraría que la mayoría de los recursos se ejercieron en pago de “asistentes”.

Finalmente, en la actualidad en México solamente hay dos acciones afirmativas para revertir la injusticia histórica que hemos padecido las mujeres; ambas refuerzan los derechos políticos mediante la equidad en curules y candidaturas. Lamento que no haya una sola para facilitar el derecho a la vivienda, el acceso a la salud o la justicia tributaria.

Este análisis somero explica la prevalencia en el índice de feminicidio. Así, no es que las Declaratorias de Alerta de Violencia de Género no funcionen por ellas mismas, sino que no hay condiciones legislativas, presupuestarias ni políticas para que den resultados.

Hoy, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el caso de México nos recuerda que fuera del presupuesto, todo es discurso.