Valeria Villa

Respuesta sexual humana (I)

LA VIDA DE LAS EMOCIONES

Valeria Villa
Valeria Villa
Por:

William Masters y Virginia Johnson fueron pioneros en estudiar la respuesta sexual humana. Se atrevieron a hacerlo durante la década de los cincuenta y sesenta, varios años antes de la liberación sexual y después de la guerra. Esta pareja de investigadores, que después se convirtió en pareja conyugal durante 20 años, reportó los primeros resultados de su trabajo en 1966 en el libro La respuesta sexual humana, causando un gran escándalo incluso entre la comunidad médica, tan conservadora en aquellos años como el resto de la sociedad. La polémica, la persecución de grupos religiosos y las amenazas contra los investigadores no se hicieron esperar. El libro vendió millones de copias.

En 1959 el marido tenía que dar permiso para que su esposa se ligara las trompas de Falopio. Las mujeres estaban destinadas a tener hijos y más hijos. Los homosexuales de la época vivían en la oscuridad. Muchos eran hombres casados viviendo vidas dobles. La serie Masters of sex (HBO, 2013-2016) cuenta la vida de estos apasionados de la sexualidad humana, que observaron a cientos de voluntarios teniendo sexo, para identificar las fases de la excitación sexual y para medir cuánto tiempo tardaban las parejas en alcanzar el orgasmo. En el camino descubrieron muchas disfunciones de las que no se hablaba y que la gente sufría con resignación: eyaculación precoz, disfunción eréctil, anaorgasmia, vaginismo, dispareunia, eyaculación retardada, entre otras. Johnson y Masters organizaron un cuerpo teórico basado en la observación empírica pero también dieron cabida a la teoría freudiana, comprobando que el cuerpo no funciona al margen de la mente y que están conectados en un equilibrio delicado y a veces difícil de discernir. Las disfunciones sexuales consideradas de origen psicológico dan lugar a entrevistas clínicas cada vez más profundas, para indagar en el pasado de las parejas. La culpa, los moralismos, el peso de la religión, la violencia familiar, la química inexplicable entre algunas parejas y ausente en otras, los lleva a concluir que están frente a un campo de estudio inagotable. La falta de orgasmo en las mujeres tenía que ver en muchos casos con actitudes de sometimiento frente a los varones. El término frígida ponía toda la responsabilidad en la mujer sin observar la conducta del compañero sexual. El goce de la mujer estaba prohibido. Grupos religiosos radicales vieron en las propuestas de Masters y Johnson un peligro para las buenas costumbres y la moral. Que la mujer pudiera encontrar satisfacción sexual sola, estudiar una carrera, tener ambiciones, cambiaba el juego de poder entre hombres y mujeres para siempre. En aquellos años se cometieron atrocidades como intentar terapias de conversión para los homosexuales que incluían terapia electroconvulsiva y castración química. Johnson y Masters descubren que las mujeres son capaces de tener orgasmos múltiples mediante el autoerotismo. La indignación que generó el trabajo de estos investigadores es un síntoma de cómo el control de la sexualidad había sido hasta entonces, una forma de dominio sobre las mujeres y una carga para los varones de quienes se esperaba potencia y desempeño infalible. (continuará)