“Home office” y otras “nuevas normalidades”

“Home office” y otras “nuevas normalidades”
Por:
  • monica-garza

Esta semana el gobierno federal anunció su plan para el regreso a la “nueva normalidad”, pero la verdad es que tendríamos que hablar de “nuevas normalidades”, en plural, porque México es un país que se describe en plural cuando se habla de “la realidad”, que son muchas y muy distintas.

Este capítulo en la historia de la humanidad caracterizado por el confinamiento, quién sabe si será sólo un episodio o una nueva forma de vida, si es que en adelante nos toca enfrentar otros virus, nuevas emergencias sanitarias y el confinamiento circunstancial cada vez se vaya convirtiendo en “la normalidad”, y lo demás quede en las crónicas del pasado.

La reactivación de una economía que se paralizó en los últimos dos meses, atendiendo a las recomendaciones de las autoridades de salud y a la Jornada Nacional de Sana Distancia —que luego se convirtió en el “Quédate en casa”— trajo pérdidas económicas graves y en muchos casos irreversibles, en prácticamente todos los sectores.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha planteado un panorama dramático para México al señalar que aquí la pobreza puede aumentar hasta 5.9% tras la pandemia del coronavirus, dejando al 47.8 por ciento de la población en esa condición o “nueva normalidad”.

El Covid-19 pasó por el planeta como una guerra que libra el ser humano contra lo desconocido, lo inesperado —quién sabe si lo inevitable—, que nos ha dejado un escenario desolador, de luto, miedo, desempleo y angustiante incertidumbre.

Pero algo de bueno tenemos que estar aprendiendo, como se aprende en cada guerra donde el que sobrevive es porque se adapta y resiste, incluso a sí mismo, y ante la inevitable acción de parar, cuando no hay otra cosa que se pueda hacer.

Las medidas de aislamiento que iniciaron en marzo pasado, obligaron a muchos centros de trabajo —públicos y privados— a adoptar el modo millenial del “home office” o trabajo en casa, y la experiencia parece estar rindiendo frutos inesperados.

[caption id="attachment_1162768" align="alignnone" width="696"] Bertín Valadez trabaja desde casa, dando clases a alumnos de nivel licenciatura, el pasado 14 de mayo. Foto: Cuartoscuro[/caption]

La Confederación Patronal de la República Mexicana señaló que sólo en la Ciudad de México, la operación a distancia incrementó la productividad un 28% pues se han eliminado tiempos de traslado que en muchos casos alcanzan hasta 5 horas diarias. Ellos consideran que la implementación del “home office” un par de días a la semana reduciría drásticamente el número de vehículos en las calles, mejorando incluso la movilidad.

La encuesta “Covid-19 y Home Office”, realizada por The Wellness & Productivity Project, reveló que 25% de aquellos que aplicaron este método de trabajo, estarían dispuestos a continuarlo una vez que la emergencia por Covid-19 sea superada en nuestro país; un 59% lo preferiría algunos días a la semana y solo un 16% prefiere regresar a su rutina habitual.

43% de los participantes señaló que come más sano desde que sólo está en su casa, solo 15% se siguen vistiendo como si fuera a la oficina, contra el 79% que ahora viste sólo de forma relajada.

Aunque el Covid-19 nos obligó a realizar esta adaptación, la realidad es que antes en México sólo 2 de cada 10 empresas estaban preparadas para realizar este tipo de actividades, de acuerdo a un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En esta investigación encabezada por Erika Villavicencio Ayub, se determinó que 8.5 de cada 10 centros de trabajo eran “tóxicos”, al mantener políticas o consideraciones erróneas, como que “la adicción al trabajo es lo mejor”, o que retirarse del trabajo a la hora establecida era mal visto.

No hay que perder de vista que ya la Organización Mundial de la Salud ha señalado a México como uno de los países con mayor índice de estrés laboral, incluso por encima de Estados Unidos o China.

El Instituto Mexicano para la Competitividad y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos han coincidido en que México es de los países que más horas invierte a su jornada laboral. 1,148 horas al año por trabajador, mientras que en Estados Unidos un empleado cumple con 786 horas anuales y puede llegar a percibir hasta 4 veces más de salario.

El Covid-19 cambió nuestras realidades y “normalidades” en muchos aspectos y el trabajo en la oficina fue indiscutiblemente uno de los más palpables. El paradigma se rompió por la fuerza, pero la pregunta es: ¿qué tan preparados estamos para el cambio?…