Verdugos a domicilio en tiempos de Covid-19

Verdugos a domicilio en tiempos de Covid-19
Por:
  • monica-garza

La emergencia sanitaria que esta semana llegó a la Fase 3 en México, no inhibe la violencia, por el contrario, ésta parece haber encontrado en el confinamiento otra forma efectiva de manifestarse.

La organización Semáforo Delictivo reveló hace unos días los resultados de su más reciente estudio, que muestran un aumento en la violencia sociofamiliar, con 20 mil 232 incidentes en todo el país, siendo la Ciudad de México la más afectada con más de 7 mil casos.

Una investigación de la Universidad Autónoma Metropolitana advierte que el confinamiento por la pandemia de Covid-19 ha ocasionado un incremento superior a 100% en los ataques contra mujeres y niñas en el espacio doméstico.

Una de las caras más dramáticas de este fenómeno la da la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, con un incremento en el número de violaciones contra menores de edad en un 14% en lo que va del año, con respecto a 2019.

Quintana Roo que es la entidad con mayor cumplimiento de la disposición “Quédate en casa”, resulta ser el estado con mayor incidencia en abuso sexual.

Esto significa que tenemos que hablar mucho y en voz muy alta, del abuso sexual intrafamiliar, porque hoy miles de niños en nuestro país pueden estar encerrados con su abusador. Es decir, nuevamente se confirma que el agresor está en casa.

Aunque Semáforo Delictivo señala también que la incidencia intensificada de delitos como el homicidio, tiene que ver también con el crimen organizado, que ante las circunstancias puede ver estresadas sus líneas de operación llevando a cabo un mayor número de ejecuciones.

[caption id="attachment_1148396" align="alignnone" width="696"] Familiares y amigas de Abril Pérez Sagaón realizan una marcha silenciosa en protesta por su feminicidio, el pasado 29 de noviembre, en Nuevo León. Foto: Cuartoscuro[/caption]

Sin embargo, esta misma tensión ha llevado a la delincuencia organizada a “adaptarse” y adaptar su negocio. Actualmente, mientras las autoridades atienden asuntos de la emergencia sanitaria, el narcomenudeo encuentra en este río revuelto una posibilidad de crecer a través del “servicio a domicilio”.

Para ello se desarrolla un nuevo reclutamiento; halcones y dealers que puedan distribuir la droga en pequeñas cantidades, lo cual no está considerado como delito grave, y ahora con la recién aprobada Ley de Amnistía, los narcomenudistas pueden quedar libres en cuestión de horas.

En tiempos de Covid-19, si bien la tecnología es la mejor herramienta de contacto, la inteligencia digital también es un arma de doble filo. Ya comienzan a detectarse mensajes más sofisticados de oferta de droga en redes sociales, que para muchos jóvenes desafortunadamente es su única ventana al exterior.

La International Data Corporation de México observa un crecimiento de más de 6.3% en el uso de internet, lo que debería de ser para la Policía Cibernética una oportunidad —más que un reto— para identificar movimientos que puedan dar con el paradero de criminales cuyo ingenio por lo visto no tiene límites.

Piense usted que mientras lee esta columna, quizá en algún dispositivo móvil o su computadora, alguna transacción también se está llevando a cabo, no sólo a beneficio del narcotráfico sino de todos aquellos negocios ilícitos que se ven beneficiados en un ambiente de ocio y que pueden decantar en otros delitos, como el robo de identidad, que también podría repuntar en las próximas semanas.

Cualquiera hubiera pensado que construir islas tierra adentro para evitar contagios, evitaría también la epidemia de homicidios en nuestro país, pero no ha sido así.

Países como El Salvador que llega a registrar en su media 100 muertes violentas por día, ha bajado sus niveles hasta llegar a contabilizar sólo 2 asesinatos; caso similar es el de Sudáfrica, que ha disminuido hasta en un 45% la incidencia de homicidios.

Pero para nosotros los mexicanos la realidad es distinta. El pasado lunes 20 de abril contabilizamos 114 homicidios en nuestro territorio. Fue el día más violento de 2020, a sólo 24 horas de que este mismo récord se impusiera con 105 asesinatos el domingo 19.

El Covid-19 nos tiene contando los muertos todos los días en punto de las 7 de la noche, viendo la cara de su letalidad, de su capacidad de atemorizar, de vaciar calles y generar una crisis económica inédita sobre todo —y como siempre— para los más vulnerables.

Pero la violencia sigue ahí y la delincuencia también. A esa no le da miedo el Covid-19, por el contrario, encuentra en el estrés, el nerviosismo y el miedo su terreno más fértil para crear huracanes después de la tormenta…