Fracasa la cumbre climática

Fracasa la cumbre climática
Por:
  • montserrats-columnista

La cumbre del clima cerró con resultados decepcionantes y un sentimiento de fracaso preocupante para el futuro de la humanidad. La conferencia de la ONU inició señalada por el destino. Debía llevarse a cabo en Chile, pero las protestas obligaron a Madrid a tomar la estafeta, lamentablemente este inicio incierto se emparejó con sus resultados.

Los cerca de 200 países participantes no pasaron de los buenos deseos y los compromisos importantes brillaron por su ausencia. Seguimos sin tener un plan comprometido y coordinado internacionalmente para reducir los gases de efecto invernadero. Una vez más, el famoso artículo 6 del Acuerdo de París sobre el mercado de intercambio de derechos de emisiones, levantó de la mesa a los negociantes posponiendo la discusión un año más, para la cita en Glasgow. Como si tuviésemos tiempo de sobra para actuar.

El artículo involucra tanto a países como a la iniciativa privada. En él, se intenta que se hagan cuentas transparentes de las reducciones y de las acciones para mejorar el clima, sin embargo, países como China, Estados Unidos y Brasil se negaron a acordar controles estrictos y abogaban por mecanismos de contabilidad que dejaban muchas lagunas y recovecos. Sin voluntad política de estos tres importantes actores, un acuerdo se ve lejano.

La ciencia es clara: si queremos evitar que la temperatura suba 1.5 grados con respecto a los niveles preindustriales durante este siglo, tenemos que ir más lejos de lo que nos propusimos en el Acuerdo de París. Lamentablemente, las actitudes de gobernantes como Trump y Bolsonaro hacen imposible siquiera llegar a esas metas insuficientes. Es increíble a cuánto puede llegar la ceguera vanidosa de aquellos que ignoran que ignoran.

Mientras la Unión Europea sigue marcando el paso y plantea abandonar el carbón para 2050, EU ha decidido dar marcha atrás impidiendo los avances de Europa. Entendamos bien esto: el cambio que se requiere para que la economía no incluya industrias sucias no se puede hacer únicamente en un continente. O todos jugamos con otro grupo de reglas o no saldremos adelante. Un cambio de tecnología parcial, por ejemplo, creará desbalances injustos que momentáneamente favorecerán a las industrias contaminantes haciendo que más países con necesidad se nieguen a —o les sea imposible— dar el cambio. La actitud de Estados Unidos es de una irresponsabilidad impactante.

La esperanza queda en las calles. En el activismo cada vez más fuerte que logre que la ola de gobiernos populistas, al menos por conveniencia, giren hacia la preocupación por el clima. La cumbre que intentó unir gobiernos e iniciativa privada fracasó. El rescate tendrá que venir de la sociedad civil cuando sea tan fuerte que arrastre a los demás sectores.