Ataquemos la impunidad

Ataquemos la impunidad
Por:
  • pedros-columnista

El principal problema de México es la impunidad. Si de por sí el país ha atravesado por tiempos violentos, en el nuevo Gobierno la inseguridad continúa al alza. En julio los homicidios se incrementaron 8.38% contra el mismo mes, pero de 2018. También se han incrementado los secuestros, los robos y los feminicidios. En un país donde el 99.3% de los delitos no se castigan (UDLAP), es ingenuo esperar que la violencia disminuya.

Desde su campaña, el ahora Presidente López Obrador ha impulsado una estrategia basada en tres ejes: el primero, la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad con entrenamiento especializado para asegurar que el Estado cuente con un aparato coercitivo desplegado por todo el territorio nacional; el segundo, programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro en donde se le da oportunidad a jóvenes de 18 a 29 años, de capacitarse en alguna empresa mientras que reciben una beca mensual de tres mil 600 pesos por un año, permitiendo que los jóvenes se alejen de la delincuencia y se acerquen a los sectores productivos de la economía; el tercero y, no por ello, menos importante: las mamás de los delincuentes.

Sobre esto último: AMLO envía un importante mensaje moral para que los delincuentes se abstengan de cometer crímenes, pensando en sus familias. Si algo han producido estos años de violencia desbocada es la fragmentación de la sociedad, de los núcleos familiares y la pérdida de talento en importantes sectores del país. Por supuesto que esta estrategia no puede ser tomada en serio, cuando la moral no es el único factor que orilla a una persona a delinquir sino la falta de oportunidades, la desigualdad, el resentimiento y la baja probabilidad de castigo producto de décadas de marginación, pobreza e irresponsabilidad.

Ninguno de los tres ejes funcionará si no hay una reforma integral al sistema de justicia mexicano. La Guardia Nacional puede ser muy efectiva para descubrir a delincuentes y capturarlos, pero si el sistema de justicia mexicano no puede castigarlos efectivamente, con base en los marcos legales establecidos, la Guardia pasará el resto del sexenio capturando y volviendo a capturar delincuentes sin disminuir la violencia.

Los programas sociales impulsados por AMLO son atractivos de inicio para jóvenes, pero ante el idioma del dinero y el lujo que habla la delincuencia organizada, poco tiene que hacer. Mientras el Estado no haga evidente que la probabilidad de ser castigado penalmente por cometer un delito es alta y real, sólo regalará el dinero.

Por último, sólo cuando la probabilidad de terminar en la cárcel por cometer un delito sea alta y real, es que los delincuentes pensarán en el daño que, con sus actos, le hacen a sus familias. Mientras eso sucede, la amplia mayoría de ellos llegan a casa como si nada hubiera pasado y la violencia seguirá escalando.

Ataquemos la impunidad.