Asesinan en su casa a santero de artistas

Foto Especial

Un arreglo frutal que llevaban en las manos fue el gancho para que el líder de la religión Yoruba en México, el cubano Leonel Gámez Céspedes abriera la puerta de su casa a aquellos dos hombres.

Sin embargo, fue un engaño: eran sicarios que acudieron a matar a este hombre que trabajaba para artistas, políticos y policías.

Gámez Céspedes era conocido como El Padrino, un religioso que sólo atendía por cita y cobraba un mínimo de cinco mil pesos por consulta.

Mientras preparaba una ofrenda en su casa para comenzar un trabajo, los dos hombres arribaron con las frutas. Él abrió la puerta y ahí lo atacaron.

Leonel Gámez Céspedes llegó de Cuba a la Ciudad de México en 1991.

Era presidente de la Sociedad “Yoruba” en nuestro país y regularmente era visitado por artistas, políticos y empresarios en su domicilio, en Tlalpan.

La gente que lo trató dice que era el mejor con su “trabajo”.

El martes por la mañana fue asesinado frente a su altar dentro de su casa en la colonia Pedregal de San Nicolás.

Quienes lo mataron tocaron a su puerta con un arreglo frutal.

Les abrió un joven de 19 años, quien al ver el arreglo frutal que llevaban, les permitió el paso.

Los hombres llegaron al segundo nivel de la casa, donde el cubano de 55 años de edad, adornaba sus altares.

Después de dejar la fruta que llevaban, uno de ellos sacó una pistola y le disparó; la persona que acompañaba a Leonel Gámez, Jesús Emilio Ramírez Lucio, también de 55 años, intentó defenderlo, pero no logró detenerlos.

A Jesús Emilio le dispararon en dos ocasiones, pero sobrevivió. El joven de 19 años que abrió la puerta se cruzó con ellos cuando salían corriendo, pero al verlos armados no buscó detenerlos.

Hasta ahora las autoridades no han establecido el móvil del crimen, pero se cree que pudo tratarse de una venganza.

Sin embargo los familiares de este hombre nacido en Bayamo, Cuba, aseguraron ante el Ministerio Público que no había recibido amenazas.

Las autoridades también informaron que la víctima no tenía antecedentes penales. Peritos de la PGJDF elaboran retratos hablados de los asesinos con la información que aportó el testigo.