Evita asalto con su sable y mata a uno

Evita asalto con su sable y mata a uno
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  • larazon

Por Carlos Jiménez

El ladrón le apuntaba con la pistola directamente a la cabeza. José Eduardo empuñaba con las dos manos un sable de samurai, curvo, de brillo plateado, tan afilado que cortaba un cabello en el aire. Tenía dos segundos para decidir: se rendía o no. Y decidió: de un movimiento diestro, raudo, cortó por la mitad al asaltante.

La escena, que parece sacada de la película Kill Bill, de Quentin Tarantino, se registró ayer al mediodía en el sur del DF. José Eduardo, de 38 años, se apellida Carmallo y es el mejor practicante de kendo en México, estaba en su casa con su esposa y cinco hombres entraron a robarle.

El matrimonio vive en la Unidad Habitacional Narciso Mendoza, en Tlalpan. Uno de los sujetos llevaba una pistola con la que los encañonó, mientras otro los ató de pies y manos. Los demás robaban un DVD, una laptop, un ipod y teléfonos.

Mientras, José Eduardo aplicaba un par de técnicas de origen asiático para desatar hasta los nudos marineros más difíciles… y éstos que lo inmovilizaban los habían hecho unos gamberros. Así que en unos minutos tuvo las manos libres.

Y, de un salto felino, tomó de lo alto de la pared un sable de desollador japonés que colgaba como adorno. Cuando cayó al piso, en posición de ataque, el ladrón de la pistola apuntaba el arma… a dos palmos de su cabeza.

“Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh”, gritó José Eduardo y movió el arma con maestría exquisita. La hoja plateada abrió el abdomen del hombre como un cuchillo a una barra de mantequilla. Aterrado, uno de los cómplices salió corriendo, pero los otros se le fueron encima a José Eduardo.

Sin embargo, dos movimientos de samurai al aire bastaron para que pusieran pies en polvorosa. José Eduardo los persiguió y les asestó un par de sablazos en las espaldas, pero sin hacerles demasiado daño.

José Eduardo llamó a la Policía Judicial y, al llegar los agentes y ver el cadáver, enseguida le dijeron al dueño de la casa que se trataba de un conocido delincuente de la zona, que la fiscalía en Tlalpan había detenido en dos ocasiones por robo a mano armada.

Aun así, se llevaron preso a José Eduardo, acusado de homicidio, hasta que las investigaciones aclaren los hechos, aunque para él, su esposa, familiares y amigos está absolutamente claro que se trató de un acto de legítima defensa propia.

Anoche, afuera del Ministerio Público, lo esperaban su esposa, amigos y algunos alumnos, pues José Eduardo, quien es miembro de la Federación Mexicana de Kendo, imparte clases de esa especialidad en varios gimnasios, donde ostenta el quinto de los siete DAN que existen.

Hace unos días llegó de Brasil, donde sus alumnos participaron en una competencia. Formó parte de la selección nacional de kendo la cual dejó hace unos meses pues a sus 38 años las reglas de ese deporte ya no lo permiten.

La esposa confesó que ya buscan cambiarse de casa porque temen “que algo malo le suceda”. Y un alumno comentó que “los planes de ellos cambiarán, pues en dos semanas José tenía un torneo de sus alumnas en el DF; pero se van a ir de aquí por un buen tiempo”.

Se espera que hoy José Eduardo sea liberado, apenas se termine de confirmar que el ataque fue en “legítima defensa”.

fdm