"No justificaremos la violencia"; llama Sheinbaum a construir agenda de paz

Dos días después de marchas y enfrentamientos entre feministas y policías en el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se reconoció a sí misma como feminista, pero reiteró que su administración no puede aceptar la violencia de ningún tipo. 

De ahí que justificó las acciones de contención de policías que, a decir de las manifestantes, incurrieron en violaciones a los derechos humanos.

La administración capitalina aseguró que las policías no hicieron más que resguardar a mujeres, después de que éstas no quisieron entregar martillos, fierros, bombas molotov, pistolas con gasolina y petardos, además, que la razón por la que no se les concedió acceso al Zócalo fue la necesidad de evitar un enfrentamiento con integrantes del plantón del Frente Nacional AntiAMLO, que protesta en la Plaza Constitución contra el Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues muchos de ellos rechazan el aborto legal. 

Aunque aceptó que el protocolo de actuación policial, vigente desde agosto de este año, es perfectible, consideró que todos, manifestantes y Gobierno, deben hacer una reflexión de lo ocurrido, para construir una agenda de paz.

“La puerta de la Ciudad siempre está abierta al diálogo para construir una agenda de mujeres, para mejorar cada vez más la actuación de la policía de la Ciudad de México; pero sí es importante, yo creo, que entre todas y todos construyamos una agenda de paz, una agenda de no violencia, porque hubo 44 policías mujeres lesionadas y traían bombas molotov”, declaró.

Invitó a consultar lo que ocurre en otros países, incluso los más pacifistas, cuando algún grupo o manifestante ataca con bombas a los cuerpos policiacos.

Aquí, dijo, lo único que hicieron las uniformadas fue usar extinguidores para apagar el fuego provocado por quienes participaron en la marcha; no obstante, aceptó que hubo casos donde los elementos de la corporación Atenea usaron los extintores para defenderse.

La Jefa de Gobierno insistió en que a los grupos que acuden pacíficamente se les permite entrar al primer cuadro de la CDMX, “tan es así que en últimos días se realizaron varias movilizaciones en la Plaza de la Constitución, con previo acuerdo sobre las condiciones que debían darse para esta autorización.

José Alfonso Suárez del Real, titular de la Secretaría de Gobierno de la CDMX, expuso que el protocolo de actuación tiene un principio igual al que se maneja en líneas aéreas, “es decir, que no se puede subir a cabina si llevas un objeto que puede causarte daño a ti o daño a los pasajeros”. Las inconformes no accedieron a entregar los artefactos y su primera reacción de desafío a la autoridad fue arrojar una bomba molotov en inmediaciones del Monumento a la Revolución.

Sin embargo, las organizaciones y colectivas que participaron en la marcha por la despenalización del aborto criticaron y denunciaron el uso innecesario de la fuerza pública, en particular por el encapsulamiento y utilización de gas lacrimógeno.

Edith Olivares, jefa de la Unidad de Derechos Humanos de Amnistía Internacional México, expresó su preocupación porque las autoridades de la CDMX repitan un patrón en la represión de protestas.

“Solamente se puede encapsular a quienes estén ejerciendo prácticas de violencia durante la manifestación, no puede encapsularse a un grupo completo de manifestantes, eso es violatorio de derechos humanos”, apuntó.

En el conversatorio del colectivo Luchadoras, donde las activistas compartieron su visión de lo ocurrido, Carla Ríos, subdirectora de la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta, señaló que, contrario a lo que afirmó Sheinbaum, los cuerpos policiacos sí usaron un gas que provocó efectos de picor y ardor en los ojos, sólo comparable con gas pimienta o lacrimógeno.

En una entrevista radiofónica, Marcela Villalobos, presidenta de Amnistía Internacional, abonó al rechazo de los encapsulamientos por parte de policías durante las marchas del 28 de septiembre.

“No se puede recurrir a ellos de manera preventiva, eso se da ante grupos violentos y si ellos ya tenían un análisis previo de que podría haber un enfrentamiento en el Zócalo, pues entonces también debieron haberlo avisado y decir cuál era el objetivo de ese encapsulamiento, no hacerlo impidiendo el ejercicio de derechos”, comentó.

Además, dijo, es preocupante la estigmatización de la que son sujeto las manifestantes en el discurso de funcionarios, al justificar los cercos de policías en la marcha del 28-S.

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