Víctima de violencia familiar comparte su experiencia

“Llegas a creer que no pasa de una cachetada... de un insulto”

Valeria consideró normales las agresiones, hasta que su vida estuvo en peligro; ahora recibe atención en una de las LUNAS de la CDMX, ubicada en la alcaldía Xochimilco

LUNA -  Laureana Wright González, en donde se realizó la entrevista.
LUNA - Laureana Wright González, en donde se realizó la entrevista.Foto: Eduardo Cabrera / La Razón
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Cuando una mujer sufre violencia intrafamiliar, su autoestima se ve tan mermada que la víctima llega a pensar que las agresiones son normales: “te haces codependiente, te enfermas, te llegas a creer que no pasa de una simple cachetada, de una patada o de un insulto”, lamenta Valeria, quien por más de una década fue víctima de violencia por parte de su pareja sentimental.

Para la capitalina, cuyo nombre real fue sustituido por seguridad, la violencia física no inició de un día para otro, aunque advierte que durante toda la relación hubo “focos rojos” y violencia psicológica.

“Viví casi 16 años con mi expareja, tuve tres hijas con él. Sufrí violencia intrafamiliar, a los 10 años descubrí que me engañaba; a raíz de esto, él empezó con la violencia en mi contra”.

Las agresiones psicológicas fueron toda la vida, desde un principio, pero nunca habían llegado lo material; a raíz de que yo descubrí su infidelidad, él empieza con su alcoholismo, me agrede físicamente, empezaron los golpes. Ahí se desencadenó mi infierno”, lamenta.

Entrevistada por La Razón en las instalaciones de la LUNA Laureana Wright González, en la alcaldía Xochimilco, la víctima explicó que hasta que recibió apoyo psicológico en este espacio fue que se dio cuenta de que la situación que vivía no era normal ni sana, pues su vida ya estaba en peligro. “Yo ya estaba al punto del feminicidio, mi vida corría peligro”, cuenta, aún con lágrimas en los ojos.

Es mejor salir caminando, salir de una casa con la cara en alto y decir, ‘bueno se acabó, gracias por el tiempo’ y salir con vida, porque desafortunadamente, no todas tenemos la fortuna de salir con vida de esa situación

Valeria
Víctima de violencia familiar

“Fue gracias a la terapia que tomé el valor para salirme de esa casa”, explica. Para ella, como para tantas mujeres víctimas de violencia dentro de sus propios hogares, dejar a su agresor significaba temor por perder a sus familias, a no poder mantenerlas y, sobre todo, la creencia de que sin su pareja “ya no habría vida”.

“Esos eran mis mayores miedos, pero me empezaron a dar herramientas en las institución, terapia psicológica y asesoría legal, porque en ese tiempo yo no quería denunciar. Lo único que quería era que él se alejara de mi vida; cargamos culpa, de que si lo llegan a meter a la cárcel, será nuestra culpa, muchas cosas que nosotras traemos como mujeres”.

Sin embargo, la violencia no se termina una vez que la víctima toma el valor de alejarse de su agresor, explica, sino que “muchas veces” esa violencia se replica o incluso aumenta una vez que se comienzan los procesos de divorcio o tras una denuncia, por lo que el respaldo psicológico ha sido de gran ayuda para su proceso.

“La institución me apoyó para hacer mi denuncia, lo demandé, pedí órdenes de restricción y ahorita vamos a la mitad (del proceso) pero sigue el apoyo psicológico y jurídico, para que cada día pueda tener autoestima y amor propio; nos dan las herramientas necesarias porque realmente cuando vives violencia, dejas de vivir”.

Ahora, casi dos años después de que inició su proceso, la mujer ha comenzado a recuperar su autoestima, sus sueños y su tranquilidad.

“Incluso hoy di un gran paso porque salí sola a la calle”, explica con una sonrisa en el rostro, tras haber sufrido ansiedad y temor durante meses a causa de las amenazas que recibía de su agresor y del acoso, ya que la seguía.

Valeria asegura que el trabajo y apoyo que ha recibido en la LUNA la han fortalecido, al grado de que ahora tiene metas y planes, que van desde regresar a estudiar en línea hasta poner un negocio para solventar sus propios gastos. “Ahora tengo metas, porque una de las cuestiones cuando llegué era que no las tenía, solamente vivía el día a día”.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, celebrado este 8 de marzo, la mujer hizo un llamado a otras personas que sufren este tipo de violencia a acudir por apoyo psicológico para poder salir del ciclo y dejar atrás la violencia, muchas veces, normalizada.

“Es mejor salir caminando, salir de una casa con la cara en alto y decir, ‘bueno se acabó, gracias por el tiempo’ y salir con vida, porque desafortunadamente, no todas tenemos la fortuna de salir con vida de esa situación”, enfatizó Valeria, quien dijo agradecer estar con vida y poder compartir su experiencia para evitar que otras mujeres caigan en lo mismo.