Recapacitan después de ver de cerca la enfermedad en familiares

Rezagados deciden aplicarse vacuna por temor a contagio

Rodrigo acudió luego de ver enferma a su hermana y a su madre; Argelia fue por primera dosis tras enterarse de “más y más” casos de la nueva variante

El módulo instalado en el WTC, de vacunación para rezagados, estuvo ayer a tope.
El módulo instalado en el WTC, de vacunación para rezagados, estuvo ayer a tope.Foto: Especial
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Pasaron más de 12 meses, desde que se inició la aplicación de vacunas contra Covid-19 en la Ciudad de México, para que Argelia, de 34 años, “se atreviera” a vacunarse, pues su “miedo” al biológico y el desconocimiento de las posibles reacciones “pudieron más que la razón”.

Al igual que ella, decenas de capitalinos se suman a las largas filas que rodean el Pepsi Center, en la alcaldía Benito Juárez, donde se aplica la vacuna para aquellos rezagados que por distintos motivos no acudieron por las primeras dos dosis en su momento.

Rodrigo Hernández, de 36 años, aseguró que el motivo por el que este martes se dio cita en el módulo fue después de “sentirla cerca”, tras ver enfermar a una hermana y a su madre, ambas sin inmunizarse. Fue entonces cuando “recapacitó” y accedió a la vacuna.

“Me daba miedo salir, se veían muchas personas en las filas; nosotros dijimos: ‘si no lo tenemos, ahí nos da’, pero mi hermana tuvo, se puso mala y contagió a mi madre, que es ya una persona mayor; ahí fue cuando dije: ‘no, tengo que ir, como que ya la pensé, recapacité’”, externó.

Argelia optó por aplicarse la primera dosis después de “enterarme de más y más casos: entro al Face, alguien tiene; en la familia, alguien tiene; que los tíos que se cuidaban mucho, tienen; cada vez lo vi más cerca, por lo de Ómicron”, contó a este medio.

El temor a la nueva variante, que las autoridades han alertado es más contagiosa pese a no ser tan letal, es uno de los factores para que algunos ciudadanos decidan vacunarse, en un contexto de aumento de contagios en el país, sin excepción en la capital, donde la ocupación hospitalaria ya está al 27 por ciento de su capacidad.

Héctor, un capitalino de 26 años, explicó que cuando le tocó la vacuna el año pasado “usó de pretexto” su propio contagio para no acudir por la dosis, pues los síntomas lo tumbaron en cama por varios días, lo que le hizo creer que “si así se sentía la enfermedad, los efectos de la vacuna iban a ser iguales” y por eso no se la aplicó junto a su grupo de edad, que recibió el biológico a mediados del año pasado.

Sin embargo, “la realidad nos alcanzó a todos, porque los que no se habían enfermado, he sabido de muchos así, que se ponen cubrebocas y todo, también se contagiaron (...) Ya me han comentado que aunque AstraZeneca tiene efectos, no se compara con la enfermedad, y no quiero volver a sufrirlo”.

En el auditorio Enrique Bátiz, en Cuautitlán, Estado de México, cientos de personas también forman largas filas desde muy temprano.

Sandra Garnelo, de 49 años, quien no creía en las vacunas pese a sufrir la enfermedad en mayo de 2021, acudió a inmunizarse debido a que uno de sus vecinos falleció a causa del virus.

“Me dan miedo las vacunas porque las hicieron muy rápido y uno nunca sabe qué efectos secundarios puedan tener a la larga, pero mi hijo me convenció de venir porque ya todos en mi familia están vacunados”, confesó, tras explicar que su médico le comentó que con la nueva variante no estaba comprobada la inmunidad y podría agravarse.

En la fila se observaron personas de todas las edades, desde jóvenes hasta adultos de la tercera edad, que a pesar del repunte de contagios se olvidaron de la sana distancia, aunque la organización agilizó el proceso.

Michelle García, de 29 años, acudió a su segunda dosis acompañada por su novio, luego de haber estado fuera de la ciudad cuando le tocó a su grupo de edad.

La joven aseguró que, a pesar de que nadie de su familia se ha contagiado durante la cuarta ola, sí hubo decesos en su casa antes de que llegaran las vacunas, entre ellos el de su abuela, por eso le urgía completar su esquema.

“No confío tanto en las vacunas, pero hemos escuchado en las noticias que han ayudado a que las personas no se pongan graves, entonces preferí venir a ponerme la dosis que me faltaba porque me sentía desprotegida.”

Rubén González, de 50 años, fue por su primera dosis motivado por un viaje que hará en agosto para visitar a su familia en Los Ángeles y para evitar volver a padecerlo, pese al temor a los efectos secundarios.

Al ser cuestionado, aseguró que sí le teme al virus, porque ya pasó por la enfermedad.

“Me dio cuando aún no me tocaba la vacuna, en febrero; me dio neumonía y mis pulmones se tardaron varios meses en recuperarse. No te voy a mentir, siento un poco de nervios de los efectos que yo creo me van a dar al rato, pero, además del viaje, lo hago por salud; ya no quiero volver a pasar por otro contagio”, dijo.

  • El dato: El semáforo capitalino marcaba ayer mil 594 pacientes internados por Covid, que representan 27 por ciento de ocupación hospitalaria. Además, había positividad de 38 por ciento.