Bravo, solo y sin dinero

Ubaldo Díaz

 Platican en el PAN que Josefina Vázquez Mota no le entró a la candidatura del Estado de México porque sabía lo que le esperaba: la dejarían sola, sin dinero, con adversarios desde Los Pinos, y sin una estructura que la apoyara, como le está sucediendo a Luis Felipe Bravo Mena. Por eso y por sus ambiciones presidenciales prefirió ver hacia el 2012. Además, dicen los panistas, con Josefina en el Edomex  tal vez se habrían alcanzado tres o cuatro puntos más de los que lleva Bravo Mena. Aseguran en las oficinas de los azules en la colonia Del Valle que uno de los responsables del abandono de Bravo Mena es el senador Ulises Ramírez, quien quería ser el candidato y no lo dejaron llegar. Ramírez tiene la infraestructura y el dinero que le hace falta a Bravo Mena. Parece que es una venganza por no haber sido el ungido. Los abucheos y agresiones que recibió en Acatlán se debió a una falta de operación en su agenda, porque no es posible irse a meter a las aulas universitarias sin un acuerdo y mucho menos sorpresivamente como lo hizo Luis Felipe, al que le ha ido tan mal, pero tan mal, que ayer en Texcoco, los del SME también lo agredieron a huevazos.

 A propósito de candidatos al Estado de México, Alejandro Encinas ya inundó cuando menos los vagones de la línea 3 del Metro con su propaganda política. Los mal pensados preguntan cuánto pagaría por la enorme cantidad de promocionales o si fue cortesía del jefe del Gobierno capitalino Marcelo Ebrard. El asunto lo tendrá que aclarar el instituto Electoral del Estado de México. Por lo pronto a los usuarios de dicho transporte ya les recetaron la propaganda encinista. El candidato perredista está desesperado porque no repunta en las encuestas que lo mantienen en segundo lugar, lejos del abanderado priista Eruviel Ávila.

 Jorge Herrera Caldera ahora no sabe qué decir del anuncio del CCE, que decidieron huir del estado por la inseguridad en la entidad. Los empresarios aseguran que han denunciado los robos a sus negocios y transportes, y que a pesar de que han denunciado y pedido al gobierno de Herrera detener la ola delictiva, hasta el momento no han tenido respuesta y por eso decidieron emigrar a otras entidades llevándose sus capitales a otras tierras más seguras, porque en Durango ya están cansados de robos, extorsiones, asesinatos, aparición de cadáveres en narcofosas, y que el gobernador prefiera andar en la Conago que atender a sus ciudadanos.

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