Brexit: los dados lanzados

No fue el Brexit un evento menor, las consecuencias para nuestro país ya son palpables, y todavía debemos esperar más. Fortalecer los fundamentales de la economía mexicana —finanzas públicas sanas, inflación bajo control y sus expectativas bien ancladas, promoción del crecimiento— es vital para enfrentar los choques externos, que como ha sido ya comprobado, llegaron para quedarse.

Hecho consumado el Brexit, La incertidumbre financiera permea los mercados. La libra en un movimiento sin precedentes se deprecia más de 10% en solo tres días. El peso mexicano pierde terreno llevando el tipo de cambio por arriba de los 19.5 en los momentos de mayor nerviosismo.

Buena sorpresa brindó al mundo la votación británica. No obstante, conviene reflexionar un poco más sobre cuáles son las consecuencias para México de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

Si se atendiera sólo a la intensa reacción inmediata de los mercados, uno podría llegar a pensar que estamos frente algún fenómeno económico-apocalíptico. Por fortuna, no es así, aunque ello no elimina el hecho de que la decisión del 52% de los británicos que votaron en favor de Brexit es negativa para la mayor parte del mundo.

El impacto sobre México se da en varios sentidos. El inmediato es en los mercados financieros, el peso se depreció con celeridad el primer día, provocando una rápida reacción de las autoridades mexicanas frente a la mayor volatilidad financiera. Así la Secretaría de Hacienda decidió realizar un recorte adicional al gasto público por 36 mil millones de pesos. A esta medida muy probablemente se añada un aumento de la tasa de interés por parte de Banxico en su próxima reunión de política monetaria. Evitar un contagio de las expectativas inflacionarias derivadas de la mayor volatilidad del tipo de cambio es un compromiso ineludible en aras de mantener la estabilidad macroeconómica.

Ya hemos sido testigos en sólo tres días del castigo que han venido imponiendo los mercados a la decisión Británica. La pregunta es el porqué del castigo. Y es que a partir del Brexit podemos esperar sólo consecuencias negativas para la economía mundial. Las expectativas sobre el crecimiento se ajustan a la baja. Bajo el escudo del Brexit se esconden por ejemplo, señales de proteccionismo comercial que podrían llevar a la economía mundial hacia un menor crecimiento.

En el plano del crecimiento las consecuencias no necesariamente son inmediatas, pues pueden transcurrir hasta dos años para que Gran Bretaña abandone la Unión Europea. Pero el impacto, tarde que temprano, se dejará sentir en la economía mundial. Algunas estimaciones hablan de un impacto negativo sobre el crecimiento de la Gran Bretaña de hasta seis puntos porcentuales.

Obviamente, los países más afectados serán en primer término los que componen la Unión Europea y Estados Unidos. Es aquí donde viene la verdadera afectación para la economía mexicana. El impacto directo es muy limitado, pues solo el 1% de nuestro comercio exterior es con Gran Bretaña.

Pero si el desempeño económico de Estados Unidos es afectado, ello inevitablemente afectará nuestra economía. Ya se maneja un escenario donde la Reserva Federal de Estados Unidos retrasará su decisión de subir la tasa de interés por mayores riesgos al crecimiento económico, a la vez que es muy posible que se ajusten a la baja los pronósticos del PIB de ese país.

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