Campeche

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Por:
  • larazon

Renato Sales H.

En lo que ahora se llama el Hotel del Mar, en Campeche, tuvo lugar hace ya muchos años la fiesta de graduación de la preparatoria. Me encontraba ese día especialmente nervioso. Yo era el organizador y nunca había hecho una cosa así. Recuerdo que crucé al malecón, vi largamente el mar, ese nuestro mar desolado, respiré hondo el aire iodado y, de pronto, me encontré en paz. Siempre que tengo que enfrentar un problema, cierro los ojos y retrocedo a ese momento. Lo hice ahora, en la ciudad de México, paralizado en el tráfico de la avenida Reforma, con la urgencia de llegar a una cita imposible.

Fui, hasta hace una semana, gracias a la enorme generosidad del gobernador Fernando Ortega Bernés, Procurador General de Justicia del estado de Campeche. Ha sido la experiencia profesional más enriquecedora de mi vida.

Hace casi cuatro años, en septiembre del 2009, la primera vez que hablé ante los trabajadores de la Procuraduría, dije algo que quiero compartir:

“Me siento muy honrado por la designación al frente de la Procuraduría de Justicia del Estado. Me distingue, enormemente, encabezar este esfuerzo cotidiano de cientos de personas que, en conjunto, sólo luchamos por un fin: brindar tranquilidad y bienestar a todos los ciudadanos.

“El nombramiento del señor Gobernador y la unánime aprobación del Congreso conllevan, con la distinción, la responsabilidad de las expectativas, de la confianza depositada. La enorme responsabilidad de la esperanza.

“Nuestra Procuraduría enfrenta grandes retos. Retos que no podrán resolverse para bien si no es con el esfuerzo de todos: agentes del Ministerio Público. policías ministeriales. peritos y personal administrativo.

“Los que trabajamos en esta Procuraduría debemos recordar, siempre, que la razón de ser de la institución en la que convivimos se cifra en un solo término: justicia.

“Y en torno a este valor, a este principio que debe animar a todo Estado democrático de Derecho, giran los grandes retos de la institución:

“Uno de ellos, el más importante quizás, estriba en la atención que brindamos a los ciudadanos. Al problema que de por sí representa el ser víctima del delito no sumaremos el problema de una deficiente atención. En nuestras manos estará no hacer más víctima a la víctima. Es tiempo ya de que la Procuraduría comience a ser vista como un lugar en el que los problemas encuentran cauce para su solución, y no como un problema más. Todos los que estamos aquí bien sabemos que enfrentar un asunto relacionado con el delito nos conduce a un laberinto. Nosotros somos la primera estación. Con todo nuestro esfuerzo, atenderemos mejor a la gente que demanda nuestros servicios. Somos servidores públicos. Y a la gente nos debemos.

“Es por ello que haremos un esfuerzo para ser pacientes, para ser solidarios con quien nos exige, a veces con desesperación y con insultos, que los atendamos Seremos capaces, por un momento, de ponernos en los zapatos o en los pies desnudos del otro. Atenderemos al que demanda, pero también esclareceremos los hechos que constituyen el delito. Recabaremos las pruebas que permitirán sancionar al responsable y evitar la inculpación de inocentes. Todo eso nos pide la Constitución.

Colaboraremos intensamente en la gran transformación de nuestro sistema de justicia. La reforma constitucional de junio del 2008 marca el derrotero. Señala un rumbo claro hacia el juicio oral, público, transparente, inmediato. Nosotros, policías, ministerios públicos, peritos, seremos actores primordiales en ese juicio. Un reto más es ser capaces de vencer el desaliento y creer, con acciones, que la coordinación es posible. Que enfrentar la delincuencia es ciertamente una decisión de Estado en la que confluyen las tres esferas de gobierno. No reduciremos el problema de la criminalidad a uno de policías y ladrones. Son muchos los factores que generan el delito. Pero uno de ellos es, sin duda, la ausencia de una cultura de la legalidad. Sólo, pues, vinculándonos con la ciudadanía, escuchándola, atendiéndola, podremos mantener a raya a la delincuencia”.

En nuestra colaboración de todos los sábados ha llegado el momento de hacer una pausa. Sólo eso: una pausa. Si la generosidad de Pablo y Rubén lo permiten pronto nos leeremos de nuevo. ¡Gracias!

rensal63@hotmail.com