Consumo: del sentimiento al deterioro

Consumo: del sentimiento al deterioro
Por:
  • arturov-columnista

Dos bloques de información sobre consumo privado apuntan malos resultados. Por un lado, la confianza del consumidor con un deterioro persistente a lo largo del año, y por otro, cifras de consumo global y segmentos importantes del mismo que manifiestan una desaceleración preocupante.

A lo largo de este año ha sido patente el deterioro en la confianza de los consumidores mexicanos. La última cifra correspondiente a marzo sigue apuntando mayor debilidad en el sentimiento de los consumidores, ya que respecto a febrero, con cifras desestacionalizadas, se registra una nueva reducción del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de -0.3%, la cuarta caída consecutiva. Con ello, además, el nivel de la confianza del consumidor es el menor en los últimos doce meses y se ubica 4.7% por debajo de su reciente punto más alto, alcanzado en septiembre pasado.

Aunque en marzo el deterioro del ICC responde a un sentimiento más negativo sobre la situación presente y futura de las familias, así como de las posibilidades de compra de bienes de consumo duradero, como tendencia, también se deteriora la percepción de los consumidores en torno a la situación presente y futura del país. Es decir, los mexicanos están más pesimistas en todo. Tanto en lo que sucede y sucederá durante los próximos doce meses en sus hogares y también en el país. Ello se traduce a su vez en un repliegue en sus deseos de compras de bienes de consumo duradero como automóviles, aparatos electrónicos, muebles, etc.

Desafortunadamente, estos indicadores de percepción de los consumidores ya tienen eco en las decisiones de consumo. En efecto, la caída del ICC ya es coincidente con la debilidad mostrada por otros indicadores de consumo local como las ventas al menudeo reportadas tanto por el Inegi en enero, así como como por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) y las ventas de automóviles en el primer trimestre del año. Incluso, de manera preocupante, según datos del Inegi, el consumo de las familias mexicanas reportó una reducción en enero de -1.0% respecto a diciembre con una tendencia descendente desde finales del año pasado.

Hay varias razones que explican el mal desempeño del consumo privado. El salario real continuó reduciéndose en el primer trimestre por efecto de la alta inflación. Incluso hay rubros en el INPC como los precios de los productos agropecuarios y de los energéticos que avanzan muy por encima del promedio nacional (8.8% y 8.9% respectivamente versus 5.0% el indicador nacional). Esta mayor inflación en los segmentos de consumo de alta frecuencia disminuye la capacidad de compra de los consumidores.

En el mismo sentido, la disminución de las remesas (aproximadamente el 3.0% del consumo privado) medidas en pesos reales durante este año apoya el deterioro del consumo al igual el hecho de que el empleo formal, si bien aunque sigue avanzando, se apoya más en los estratos salariales bajos. Hacia adelante, es de esperar que el mayor crecimiento económico, la menor inflación y la continuidad en el crédito sean los principales factores que apoyen una moderada recuperación del consumo privado.