Convivencia frente al totalitarismo

Convivencia frente al totalitarismo
Por:
  • armando_chaguaceda

Que en una sociedad como la cubana -donde la pobreza material, moral y cívica imperantes así como la migración masiva de jóvenes parecen hipotecar el futuro de la nación- existan personas que apuesten por modos de vivir más decentes es siempre una buena noticia. El Centro de Estudios Convivencia (http://www.convivenciacuba.es/), fundado por laicos católicos con décadas de experiencia en el activismo y reflexión sociales, es uno de esos ejemplos.

Sus integrantes rechazan la violencia como recurso para promover cambios en la isla, mientras tienden puentes hacia la diáspora cubana y sectores diversos de EU favorables al acercamiento con Cuba.

En medio de restricciones materiales, financieras y de reconocimiento legal, el equipo de Convivencia ha desarrollado un trabajo profesional de alto nivel.

El centro promueve la investigación sobre temáticas económicas, de políticas públicas y derechos ciudadanos, superando los sesgos ideológicos de otros espacios oficiales y disidentes. Reveladores de su trabajo han sido los informes temáticos sobre economía, marco jurídico y constitucionalidad, cultura y educación, elaborados por equipos reunidos en la sede de la organización en Cuba y en la Universidad Internacional de la Florida.

La respuesta del gobierno cubano ha sido dura. Fue cerrada la sede bajo pretexto de investigación por un presunto delito en la compra del inmueble.

Sometieron a interrogatorios sistemáticos y arbitrarios a sus integrantes, apresando temporalmente a un miembro de su equipo. Se han presionado a miembros de la intelectualidad y cultura insulares para que rompan sus vínculos y diálogos con los impulsores del Centro.

En lo mas duro de las dictaduras fascistas aupadas por EU en Centro y Sudamérica sobrevivieron centros de investigación, enseñanza y difusión cultural que daban cobijo al pensamiento y el activismo que la represión militar había aniquilado en otros ámbitos sociales. Hoy, en Cuba, es imposible encontrar algo parecido a la FLACSO del Chile pinochetista, al Centro de Estudios Legales y Sociales de la Argentina de Videla o a la universidad jesuita de la Nicaragua somocista. Cualquier idea, arte o grupo que quiera no ya antagonizar sino siquiera existir al margen del pensamiento único, es hoy estigmatizado y perseguido por el estado policiaco cubano.

Más allá de la creciente diversidad que presenta la sociedad cubana, la política nacional sigue estando marcada por una vocación de control totalitaria. No debemos cansarnos en denunciar esa vergüenza y solidarizarnos con quienes persisten en vivir y pensar en una Cuba mejor. Por humanidad pero, sobre todo, porque mañana podemos ser —en nuestros respectivos países— las víctimas de un proyecto de dominación global, que surge y se expande apelando a las causas más justas de la humanidad. Un sueño que transmuta, hábil y rápidamente, en pesadilla.