(Des)confianza del consumidor

(Des)confianza del consumidor
Por:
  • larazon

José Manuel Herrera.

Respecto al inicio de este gobierno la confianza de los consumidores ha retrocedido: ni consideran que la situación económica actual del país y la de sus hogares es mejor, ni esperan que las cosas mejoren.

Hace unas semanas, al encabezar el Foro “México próspero” de consulta para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, el presidente Enrique Peña afirmó que las grandes políticas económicas deben reflejarse en el bolsillo de los mexicanos y en la calidad de vida de los hogares del país. Resaltó: “todo lo que hagamos por la economía tiene como último fin que los mexicanos tengan un empleo digno o una actividad productiva que ganen más por su trabajo, y que a las amas de casa les rinda más su gasto”.

Una manera de medir la manera en que los mexicanos perciben este impacto en su bolsillo y sus niveles de vida es a través de la confianza de los consumidores y para ello el INEGI, presidido por Eduardo Sojo, publica mensualmente un índice de esta naturaleza.

Este Índice de Confianza del Consumidor se conforma de cinco indicadores obtenidos en una encuesta: dos recogen las opiniones sobre la situación económica y esperada del hogar de los entrevistados; otros dos captan las percepciones sobre la situación económica presente y futura del país, y el quinto considera su visión acerca de qué tan propicio es el momento actual para la adquisición de bienes de consumo duradero.

De acuerdo con el INEGI el punto más alto de la confianza de los consumidores después de la crisis financiera se registró en enero de este año al tocar los 100.0 puntos. En mayo, este índice bajó hasta los 95.2 puntos, provocado por un retroceso en todos sus indicadores.

La euforia que pudo haber provocado el cambio de gobierno gradualmente se ha esfumado y seis meses después los consumidores mexicanos opinan que la situación económica del país y la de su hogar no es mejor, y tampoco perciben que las cosas van a mejorar y que es insuficiente su poder adquisitivo para adquirir bienes de consumo duradero (muebles, televisores, lavadoras y otros aparatos electrodomésticos).

 CHINA. El tamaño del reto comercial que tiene México con esta potencia, se puede dimensionar con el abismo que representa un déficit por más de 50 mil millones de dólares.

manuel.herrera@3.80.3.65

Twitter: @DarkEconomist