Droga: negocio redondo

Droga: negocio redondo
Por:
  • montserrats-columnista

Se inaugura la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas (UNGASS) con expectativas grises. A iniciativa de México, Colombia y Guatemala —países productores y de tránsito en las rutas del narcotráfico— se buscará analizar la política prohibicionista que ha imperado internacionalmente desde la década de los 70.

La propuesta pretende cambiar el enfoque punitivo-prohibitivo a un acercamiento que se base en la salud pública, los derechos humanos y la reducción del daño social. La razón está en la evidencia de que las actuales políticas no sólo no han resuelto el problema sino que lo han empeorado: en México, por ejemplo, la violencia ha ido en aumento y la desintegración social ha alcanzado un estado crítico.

Es claro que se ha dado un giro en las políticas que atañen al problema de la droga. De la apertura a leyes que regulen su uso (ya sea medicinal o recreativo) y producción —como es el caso de Uruguay y algunos estados de la Unión Americana, como Washington— hasta a los cambios en el enfoque de la persecución penal para evitar centrarse en los consumidores y buscar a los grandes traficantes, es claro que el mundo exige un fuerte viraje que atienda a la realidad que está destrozando sociedades enteras.

En México, por ejemplo, la inmensa mayoría de las mujeres presas fueron condenadas por narcomenudeo sin tener ningún tipo de antecedente penal y siendo vitales para la manutención de sus hijos. ¿Encarcelarlas es la mejor solución a la pobreza, la desigualdad y la falta de movilidad social que las ha orillado a ser mulas o peones en el inmenso mundo del narcotráfico?

La droga es un negocio rentable, por eso la prohibición no hizo más que fortalecer el mercado negro y la violencia que conlleva. No debemos levantar cualquier medida que combata estas adicciones, pero, en un mundo desigual, violento y empobrecido, se tiene que crear justicia y oportunidades y no sólo castigar a los que —por muy variados motivos— caen bajo el flagelo de las drogas.

No es esperable un cambio radical de políticas internacionales. Me parece que seguirá la prohibición aunque se abrirán opciones para flexibilizar las legislaciones de cada país para tratar de adaptarlas y responder a la situación real y particular de las distintas regiones.

Un gran avance sería fortalecer la perspectiva de salud y de derechos humanos y abrir un debate sobre la regulación de algunos aspectos del tema de las drogas. Con la inminente aprobación de la producción para ciertos fines en estados fronterizos como Arizona y California, México tiene que plantearse seriamente si no es momento de liberar algunos aspectos que disminuyan la presión que la actual prohibición genera en el mercado negro.

msalomonf@gmail.com