¡Eeeeehhhh, puuuutoooo!

¡Eeeeehhhh, puuuutoooo!
Por:
  • larazon

Javier Solórzano Zinser

Todo parece indicar que los primeros gritos de ¡puuuutoooo! los lanzó la porra del Atlas, particularmente en los partidos de la llamada academia contra el Guadalajara.

Por más que ahora se vea el grito como juego, del cual participan niños, adolescentes, adultos, tercera edad, y por igual hombres y mujeres, no hay que olvidar el sentido que tiene la palabra puto. El grito originalmente era para ofender al portero del equipo contrario, y por ende a sus compañeros y seguidores.

La palabra se utiliza en los estadios para desacreditar, ofender y para relacionarlo con sinónimos como cobarde y maricón, y también para juguetear. La palabra puto está en los terrenos de la homofobia. Estamos ante la paradoja de que por un lado se han dado pasos para erradicarla de nuestro lenguaje, por lo que quiere decir, y por el uso e intención que se hace cuando se utiliza y se pronuncia contra una persona, y por el otro, se lanza en los estadios ante la complicidad y aval de todos y todas.

Hemos llegado al grado, con cierta hipocresía, que se puede gritar en un estadio, entre niños y quien esté enfrente, pero a la hora de utilizarla fuera de estos espacios se convierte en una palabra proscrita. Por un lado se alienta a que los propios niños se sumen al coro en el estadio, pero por otra parte no se puede emitir fuera de este espacio. La televisión ya la ha admitido en su singular código, digamos que ya no hay manera de evitarla porque son innumerables las veces que un portero despeja en un partido. A los locutores les da por pasarla de largo, por minimizarla o por entrar en los terrenos de la complicidad.

Pareciera que los únicos que pueden gritarla en el momento que quieran y a la hora que se lo pidan son los Molotov. Lo que hace el conjunto es jugar dándole un sentido distinto al que parece un estadio o al sentido homofóbico que se le concede.

A la FIFA le llamó la atención el grito y más cuando indistintamente la emitían en el juego del martes pasado brasileños y mexicanos. Los “fifos” están investigando de qué se tratan esos gritos y están viendo el asunto bajo la presunción de que son homofóbicos.

Por más que se diga y crea que es un juego, lo cierto es que desde hace ya varios años es un hecho que incomoda, para decir lo menos. Nadie ha puesto un alto porque se parte de la idea del uso de la palabra como juego desatendiendo lo que en verdad quiere decir, si no fuere así nadie pondría cara cuando se pronuncia o se escribe porque se saben las muchas acepciones que tiene.

En el proceso de buscar nuevas y respetuosas visiones de nuestra vida, lo que incluye el uso del lenguaje, tenemos que cambiar perspectivas de las cosas. Todo empezó como un insulto y de ahí se pasó al juego, pero en el fondo, no nos hagamos, es un insulto con perspectiva de homofobia.

 RESQUICIOS….

Así nos lo dijeron ayer:

* El discurso del nuevo rey no tuvo una sola referencia a Cataluña: Anabel Díez, redactora de política de El País.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano