El derecho y la política

El derecho y la política
Por:
  • larazon

Angélica Ortiz Dorantes

El derecho y la política se rigen por una lógica absolutamente diferente. Esta aseveración no es ninguna novedad pues, al ocuparse de asuntos tan distintos, resulta perfectamente natural que así sea. Pero es sabido que en más de una ocasión se ha pretendido aplicar al derecho las prácticas de la política o usarlo como su herramienta. La reflexión viene a cuento por el llamado escándalo del crack en que está involucrado Rob Ford, alcalde de la ciudad de Toronto. Ésta es la historia.

En mayo de este año, el diario Toronto Star publicó una serie de fotografías aparentemente pertenecientes a un video en el que aparecía Ford consumiendo una sustancia que, aseveraba el informativo, era crack cocaína. Al día siguiente, el alcalde dijo que no tenía comentarios porque: “no había visto el video o éste no existía” (Toronto Star 24/May/2013). Sin embargo, el 31 de octubre último, Bill Blair, Jefe de la Policía de la ciudad, declaró que su oficina estaba en posesión del video que incriminaba a Ford y que éste era muy relevante en una investigación que se lleva a cabo contra personas señaladas como vendedores de droga. Al día siguiente, el diario que más cobertura ha dado a la noticia, tituló sus ocho columnas con la frase: “It´s real, and Ford is in it” (Toronto Star 1/Nov/2013).

El llamado video del crack no es el único que se tiene de Ford. Existen otros en los que se le ve entrando a tiendas de conveniencia a comprar cualquier cosa y luego aparentemente tomar un objeto que previamente fue dejado ahí por Alexander Lisi (ex chofer de Ford) quien está siendo procesado por tráfico de mariguana y posesión de una propiedad obtenida con dinero proveniente de un delito.

A partir de la declaración del Jefe de la Policía, varias personas y medios informativos han solicitado la renuncia de Ford, a lo que éste ha respondido: “no tengo ninguna razón para renunciar”. Legalmente el alcalde está en lo correcto. Ford ha llegado al ejercicio de su cargo por medio de las urnas. Para que procediera su renuncia, tendría que comprobarse que ha desviado dinero público o que ha cometido algún delito. No estamos en ninguno de esos supuestos.

La policía de Toronto declaró a los medios que ha querido tener una entrevista con el alcalde, pero su abogado ha dicho que su cliente no está interesado en hablar con los investigadores. Dennis Morris, defensor de Ford, señaló que si hay algún cargo contra su cliente, éste tiene el derecho de guardar silencio; además, puntualizó que en caso de que no hubiera cargo alguno contra el alcalde, éste tampoco quería hablar con la policía porque, obviamente, no se le antojaba “tomar café y galletitas” con los investigadores (The Gobal and Mail 2/Nov/2013). Asimismo, el litigante puso el acento en un tema central: es imposible determinar, a partir de un video, que la sustancia que aparece es crack. Para finalizar, el abogado declaró que el jefe de la Policía tenía su agenda política contra Ford.

El alcalde de la ciudad de Toronto puede estar muy desgastado políticamente hablando. Es probable que en ese ámbito sea exigible su renuncia. Sin embargo, no debe olvidarse que tiene derechos, por ejemplo, el de la presunción de inocencia que significa que únicamente puede ser condenado después de haber sido oído y vencido en juicio. Asimismo, como lo ha hecho ver su abogado, no es posible probar que Ford ha consumido crack por medio de un video. No se pueden aplicar las reglas de la política al derecho. El derecho exige pruebas. Hasta ahora no se ha probado que Ford haya cometido delito alguno.

Toronto es una bella ciudad en la que suceden cosas muy extrañas, muy ajenas a lo que pasa en la Ciudad de México; por ejemplo, una de ellas es que los peatones tienen preferencia sobre los autos. He estado en Toronto los días en que se desató el escándalo. Al conversar con el encantador canadiense Gary Roach, me ha dicho que Ford es un gran alcalde y que si es adicto a la cocaína it’s personal y no le impide dirigir con gran acierto la ciudad.

Este artículo lo dedico a mis amigos Maruka y Juan que, desde hace años, mudaron su residencia a Toronto. Desde aquí les pido que no dejen de luchar porque van a despertar de la pesadilla. Maruka tú eres más fuerte que la enfermedad. Juan no te canses de ser un hombre excepcional. Les encargo mucho que no se terminen el pato pekinés porque pienso ir por uno el año que entra. Les mando un abrazo.

angelicaortiz@vomabogadospenalistas.com