Es México un país de clase “baja”

José Manuel Herrera.

Datos “no oficiales” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que seis de cada 10 mexicanos pertenecen a la clase “baja”, aunque no necesariamente todos ellos son “pobres”.

Recuerdo que poco antes de dejar su encargo de Presidente de México, Felipe Calderón presumió que una “transformación profunda” que se está dando en el país es que nos estábamos convirtiendo en una nación de clase media, aunque eso no significa, aclaró, que hemos terminado con la pobreza “de una vez por todas”.

Argumentó que lo que sí significa es que la familia promedio mexicana ahora tiene una mejor calidad de vida de la que tenía hace 10 años. Agregó que los mexicanos han mejorado su acceso a vivienda y automóviles, así como a electrodomésticos y computadoras, además de servicios de educación, salud y entretenimiento “que son productos básicos de la clase media en el mundo”.

Sobre este tema, ayer y por primera vez, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, presidido por Eduardo Sojo, publicó un boletín de investigación sobre las Clases medias en México. Y aunque advierte que sus resultados no pueden ser considerados estadística oficial, ni pretenden ser definitivos, por su rigor metodológico merece ser ampliamente divulgado.

En la gráfica abajo se resumen sus resultados relativos: En el 2010, 55.1% de los hogares, donde vive el 59.1% de los mexicanos son de clase “baja”; en 42.4% de los hogares, que corresponde a 39.2% de la población, son de clase “media”, y sólo 2.5% de los hogares son de clase “alta”, donde vive 1.7% de los nacionales.

En números absolutos, lo anterior significa que 66 millones 403 mil mexicanos son de clase “baja”, 43 millones 970 mil son de clase “media” y un millón 920 mil habitantes corresponden a la “alta”.

Por estos datos “no oficiales” resulta claro que México es hoy por hoy, un país de clase “baja”, donde el 53% del total se concentra en las ciudades.

El INEGI aclara, sin embargo, que clase “baja” no es sinónimo de pobreza, en el sentido de que caen por debajo de un umbral normativo de ingresos y de acceso a bienes y servicios públicos, que les impida ejercer sus capacidades básicas. La pobreza es, más que una clase social, una condición que puede presentarse con mayor probabilidad para la clase “baja”. Algo que debe ser considerado por las políticas públicas dirigidas al desarrollo social.

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