Inflación en perspectiva

José Manuel Herrera.

México cumplió 13 años ininterrumpidos de registrar, mes a mes inflaciones anuales de un solo dígito, que significa que 31 millones de mexicanos no han conocido inflaciones superiores a 9.7%, celebró el Banco de México.

Agustín Carstens, el gobernador del Banco de México, aprovechó el miércoles la oportunidad de presentar el libro Autonomía de la Banca Central en México. Visión Histórica, escrito por Eduardo Turrent, para dar una perspectiva sobre el comportamiento de la inflación en las últimas décadas.

Destacó, en primer lugar, que en abril pasado el país cumplió 13 años de registrar, mes a mes, inflaciones anuales inferiores a dos dígitos; esto es, menores a 10 por ciento. Esto significa que 31 millones de mexicanos (una cuarta parte de la población) no han conocido inflaciones superiores a 9.7% anual, que fue el registro más alto que se tiene desde abril del año 2000.

Este dato contrasta con el hecho de que hace 20 años más de la mitad de los habitantes en el país no habían conocido una inflación menor a dos dígitos.

Este es un cambio “histórico”, dijo Carstens, que no habría sido posible sin un banco central con plena autonomía y cuya esencia es impedir que otorgue financiamiento directo al gobierno. ¿Por qué? Porque el gobierno es proclive a ejercer un gasto creciente, supuestamente en beneficio de la población, mientras que el banco emisor tiene como objetivo evitar a toda costa que la moneda de curso legal, el peso, se degrade por causa de la inflación.

El banquero central recordó que, en este sentido, con la aprobación de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que obliga a mantener una regla de presupuesto balanceado, se cierra este “círculo virtuoso de la estabilidad”.

Es así que a diferencia de hace 20 años, los mexicanos pueden, por ejemplo, acceder a créditos hipotecarios en pesos y a tasas fijas, a plazos de hasta 30 años, algo impensable hace una década. Del mismo modo, las tasas de Cetes han llegado a mínimos históricos.

Es así que al Banco de México no le faltan motivos para celebrar sus logros en materia de estabilidad; sin embargo, aún falta lograr una meta que cada vez es más complicada: mantener el alza general de precios dentro de su rango de tolerancia de hasta 4 por ciento. De no ser así, pronto nos veremos en la necesidad de “quitarle” otros dos ceros al peso.

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