Jaloneos en el PRD-PAN por el hueso
Hace algunos años Cuauhtémoc Cárdenas dijo que en las alianzas partidistas los únicos que ganan son los candidatos. Y tenía razón porque vemos que son ellos los que ponen y quitan a los miembros de su gabinete. Después del triunfo no respetan acuerdos y nombran incluso a militantes de sus ex partidos, como sucedió en Sinaloa con Mario López Valdez que nunca olvidó su camiseta tricolor y seguramente por eso regresó la entidad a al PRI.
Nos platican que en los tres estados donde ganaron en alianza los candidatos del PRD-PAN ya empezaron los jaloneos para incrustar en los gabinetes a funcionarios de los partidos. Sin embargo, las cosas están que arden por esas asignaciones. Perredistas y panistas se sienten con derechos a ciertas carteras y de ahí no se quitan.
Pero si su objetivo era sólo quitar a los gobernadores priistas, entonces sí lo lograron, pero ahora la lucha por meter a sus equipos a miembros de los dos partidos. Pero a ese jaloneo se debe agregar que los candidatos ganadores en las entidades mencionadas son ex priistas y obviamente buscará acomodar a su gente en los puestos de mayor importancia y los aliancistas deberán conformarse con migajas que les dejen. No hay de otra.
Los casos están a la vista: en Oaxaca donde Gabino Cué llegó por la alianza PRD-PAN no gobernó sólo. Todo mundo sabe que los que gobernaban la entidad eran los de la CNTE. Siempre los alimentó y los hizo crecer con recursos del Gobierno. La CNTE le impuso funcionarios y le ordenó quitar los que no les convenían. Y ahora sólo hay que ver las consecuencias. Creo a un monstruo incontrolable, que incluso hoy está en su contra.
En Sinaloa en un principio Malova fue plural y entregó algunas carteras a los partidos que lo postularon: PAN-PRD, pero cuando tuvo la oportunidad, se las quitó y se quitó la camiseta aliancista e intentó ponerse una tricolor. Sin embargo, fue tarde y nadie se lo creyó. Y ahí están las consecuencias. Esa alianza regresó el gobierno al PRI.
Entonces parece que eso de las alianzas no funcionan como nos quieren convencer Agustín Basave y Ricardo Anaya. O qué pueden decir de esas derrotas en Oaxaca y Sinaloa. Bueno, ya sabemos que la derrota no tiene maternidad.
Se va Manlio Fabio Beltrones de la dirigencia del PRI, pero queda en el tricolor la duda sobre que va a pasar con los nuevos líderes, Presidente y secretario general, escoger entre un político heredero de la gerontocracia o ir por un joven pragmático con poca militancia y mucho apetito por el poder.
La situación interna del tricolor es incierta, porque no hay gente confiable, porque muchos dudan de que haya voluntad para hacer el cambio que tanto requiere. Perdieron siete gubernaturas y para el año próximo habrá elecciones en tres estados más, Nayarit, Coahuila y el mexiquense en donde tendrán que escoger muy bien al sustituto de Eruviel Ávila, pues es el estado que más votos aporta a cualquier partido y mucho depende de una victoria o una derrota para el 2018.
Por lo pronto, el PRI tiene que prepararse para dar la pelea en el 2017, aunque todavía no haya una fecha para definir la reunión del Consejo Político Nacional. Por lo pronto ahí están Emilio Gamboa Patrón, Enrique Jackson, el embajador de México en Cuba, Enrique Martínez o el subsecretario de Agricultura Ricardo Aguilar Castillo, entre otros.
El país debe avanzar hacia un nuevo clima de concordia, aseguró el rector de la UNAM, Enrique Graue, después de reprobar enérgicamente los sucesos en Oaxa, pues el uso de la violencia, en cualquiera de sus expresiones, como un medio para dirimir conflictos o expresar inconformidades no tienen validez. Y sólo con acuerdos y consensos entre las partes, dentro del marco de la ley, del respeto a las diferencias, del diálogo constructivo y de la razón podrá darse como resultado el verdadero proyecto de nación que el país se merece y al que los mexicanos aspiramos.
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