La educación financiera desde la niñez

La educación financiera desde la niñez
Por:
  • larazon

Dr. Abel Jaime Navarro

Vivimos en un mundo donde la economía es el factor que transforma las materias primas del planeta para producir todos los satisfactores y servicios que necesita la población para su evolución. Todo lo que nos rodea está hecho por seres humanos que tuvieron la iniciativa de formar y desarrollar una empresa para suministrar a la población un producto o servicio que le permita tener cierto nivel de vida y cada día se producen nuevos y mejores productos por un sistema de innovación que tienen las empresas.

Para poder comprar necesitamos tener un trabajo y recibir un ingreso, que nos sirve para adquirir lo que necesitamos. Si le restamos al ingreso lo que consumimos nos queda un ahorro que constituye nuestro capital. Con este ahorro podemos invertir en cosas que nos produzcan más ingresos y es así como se forman las empresas. Cuando tenemos más capital y estructura financiera, entonces podemos solicitar préstamos para poder invertir y generar utilidades que nos permiten seguir creciendo.

Este tipo de concepto es importante enseñarlo desde la niñez tanto por medio de las escuelas como por los padres y demás familiares para poder apreciar el valor del trabajo que realizan todos los que constituyen la sociedad.

¡Imagínese un país donde todos aprecian el valor de la educación y el trabajo para crear y desarrollar empresas y producir para la comunidad!

¿Cómo podemos enseñar a los niños aspectos simples del sistema financiero?

Es relativamente sencillo, veamos el siguiente ejemplo

Un niño llamado Billete tiene dos amigos, uno llamado Centavo y el otro Peso. Billete recibe su “domingo” y en vez de gastarlo en golosinas lo ahorra. Tiene una gran fuerza de voluntad para evitar gastar su dinero.

Cuando Billete ahorra cien pesos se le ocurre la idea de comprar “bísquets” en una panadería y vendérselos a los niños en la hora del recreo. ¡Ahí nació un empresario!

Si Billete le pide dinero a sus papás para poder hacer crecer su “negocio” entonces Billete piensa: tengo ya trescientos pesos y mi papá me prestó cien y con eso tengo cuatrocientos pesos y esto constituye mi “activo total”, pero como le debo cien pesos a mi papá tengo un “pasivo” y la diferencia es mi “capital” real. Billete se imagina cómo va a ser su negocio en un año y razona lo que va a comprar con el dinero que tiene y que “utilidades” va a recibir. Esto que piensa lo pone en números y en función del tiempo. Billete ha preparado su primer Estado de Pérdidas y Ganancias. Al final ve lo que tiene, lo que debe y la diferencia, o sea el capital con que cuenta. Billete ya tiene un Balance General de su empresa. Si divide lo que tiene (activo) y lo que debe (pasivo) entonces encuentra la “liquidez” de su empresa. Si este índice financiero es mayor que uno, está bien; pero si es menor que uno, tiene problemas de liquidez.

Supongamos que a Billete durante su vida le ha ido muy bien y que ha logrado crear una gran fortuna. Su familia vive cómodamente con un alto grado de calidad de vida. Cuando entra en la edad de la vejez, encuentra que sus hijos y su esposa no se han preparado para continuar con el esfuerzo que hizo toda su vida para crear una gran empresa y que posiblemente derrochen en poco tiempo todo el esfuerzo que puso en su empresa. Él reflexiona que quizá el error más grande que cometió fue no haber preparado a sus hijos desde la niñez en lo que es el valor financiero del trabajo y también que no capacitó a su esposa para administrar una herencia que no pudo conservar.

Billete no es un caso único, la mayoría de los empresarios y los que trabajan toda su vida para que su familia viva mejor corren este riesgo. Por eso la cultura financiera desde la niñez es un factor importante para que la población fortalezca un país más próspero y estable.

Todo aquel heredero que ha logrado adquirir educación financiera va a poder recibir la cantidad que sea como herencia para disponer inmediatamente sin ningún inconveniente, a diferencia de los que no se prepararon, ni tienen el interés ni el deseo de formar parte de las empresas que fundó el patriarca, y por tanto sería un grave error el que administren esos negocios, al igual que sumas importantes de dinero, ya que pueden llevarlos directamente a la quiebra, así como gastarse todo el dinero en cosas que no generan más dinero. Es por eso que es sumamente importante el crearles un fideicomiso y así no se pone en riesgo “el perderlo todo”, incluyendo todos los empleos que se han generado.