La estafa elevada

La estafa elevada
Por:
  • larazon

Pablo Hiriart

La Supervía Poniente es un atraco a los usuarios, a la vista de las autoridades que lo permiten. O la estafa fue pactada con las anteriores autoridades capitalinas.

El hecho es que utilizar un tramo de la vía elevada que cuesta 20 pesos, requiere que el automovilista desembolse 67 pesos para poder tomarla, de lo contrario no puede acceder a ella.

Por tanto es mentira que el tramo cueste 20 pesos, pues hay que pagarle al consorcio formado por las empresas OHL, Copri y Atco 67 pesos para acceder a la Supervía en ese tramo.

La reportera Jaquelin Coatecatl, de La Razón, expuso en la edición de ayer que en la Supervía Poniente, que va de Santa Fe a Luis Cabrera, con un tramo de 5.2 kilómetros, la tarifa es de 20 pesos de Santa Fe a Las Águilas, y 32 pesos hasta la salida a Luis Cabrera.

Entonces, ¿por qué hay que pagar 67 pesos por utilizar una vía elevada, cuya tarifa en toda la extensión de la vía es de 32 pesos?

Porque es una estafa. Eso de que el tramo largo cuesta 32 pesos es sólo en apariencia, porque quien quiera utilizarlo debe pagar previamente 67 pesos, y no 32 pesos como establece la tarifa.

Esa tarifa es un engaño. No tiene sentido anunciar un costo de 32 pesos para utilizar un servicio que exige al usuario pagar con anticipación 67 pesos. El timo es evidente, y la complacencia de las autoridades también.

La empresa controladora Vía Rápida Poetas (que aglutina a las tres mencionadas) ha justificado el cobro de 67 pesos por subir a la vía elevada, con el argumento de que los automovilistas que toman la Supervía a Luis Cabrera podrían utilizar posteriormente la Autopista Urbana Sur, que tiene un peaje superior a los 23 pesos.

Se trata, al igual que todo lo anterior, de un engaño para sacarle dinero a los usuarios por un servicio que no utilizan.

¿Por qué razón el automovilista que no va a utilizar la Autopista Urbana Sur debe pagar por ella?

Desconozco si lo que sucede con la Supervía es competencia de la Procuraduría Federal del Consumidor, o de las autoridades capitalinas. Lo que sí está claro es que se trata de una estafa.

Y que de por medio hay mucho dinero, obtenido de manera fraudulenta por parte de empresas que engañan con una tarifa por la utilización de un servicio, cuando en la realidad el automovilista debe pagar más del triple de esa cantidad para tener acceso a él.

También es un hecho que ninguna autoridad ha cumplido con su deber de proteger al usuario, y se han puesto de lado de los que engañan a los ciudadanos.

phl@3.80.3.65

Twitter: @PabloHiriart