La industria mexicana: centro de preocupación

La industria mexicana: centro de preocupación
Por:
  • arturov-columnista

El sector industrial mexicano es quizá el principal pilar de la economía mexicana y fuente principal del crecimiento. Si bien constituye sólo una tercera parte de Producto Interno Bruto, sus vínculos con el resto de los sectores productivos son muy estrechos y complejos. Es imposible entender la dinámica de la economía mexicana sin entender qué pasa con el sector industrial.

El desempeño reciente de la industria mexicana ha sido fuente de preocupación. De acuerdo con el último reporte del Inegi, durante 2015 la producción industrial presentó un pobre dinamismo al avanzar sólo 0.95% en promedio anual, muy por debajo del 2.5% registrado en toda la economía. Por si esta cifra no fuera suficientemente clara, en diciembre presentó una caída de 0.14% respecto a noviembre, con lo que la producción industrial ya acumuló tres caídas mensuales consecutivas.

Hay que recordar que al interior del sector industrial se distinguen cuatro grandes actividades productivas: la minería (20% de la producción industrial); electricidad, distribución de gas y agua (7.0%); la construcción (22%) y la preponderante producción manufacturera (51%). El desempeño de estos sectores durante el año pasado fue asimétrico, mientras que algunos presentaron un funcionamiento positivo (como la manufactura principalmente, que aportó 1.4 puntos porcentuales al crecimiento industrial), otros como la minería sustrajo 1.3 puntos porcentuales al avance de toda la industria. En general, pueden distinguirse tres motores que intensifican la debilidad industrial.

El principal motivo que explica el pobre desempeño industrial está en la minería. De manera mucho más precisa, la producción de petróleo y gas se redujo 5.8% durante el año pasado, lo que restó un punto porcentual al avance de la industria. Es en este sentido, la fragilidad de la producción petrolera es la fuente principal de la desaceleración industrial. Durante 2015, la paraestatal mexicana reportó una reducción de 6.7% en la producción de petróleo crudo.

Un segundo elemento se refiere a la drástica desaceleración de la industria de la construcción. Si bien durante todo el año pasado la industria de la construcción creció 2.5% anual, hacia finales de 2015 es franca su desaceleración. En diciembre acumuló tres caídas mensuales consecutivas, además de que en los últimos seis meses acumula un descenso en su producción de casi uno por ciento.

El tercer elemento que promueve una débil actividad industrial se refiere al menor dinamismo de la demanda externa. Desde hace meses, tanto el mercado manufacturero mundial —en especial el de Estados Unidos— ha dado signos de una acentuada desaceleración. Así, las exportaciones manufactureras mexicanas se redujeron 1% en términos reales durante enero, con lo que consolidaron una tendencia decreciente. Si la producción manufacturera muestra un número más favorable que las exportaciones, ello se debe a que posiblemente la reactivación de la demanda interna está compensando la pérdida de dinamismo exportador.

Hacia adelante la perspectiva es moderadamente optimista. El mercado manufacturero de Estados Unidos da tímidas señales de reactivación, y en general, la economía mundial podría acelerar un poco su expansión. En lo interno, el consumo viene consolidando una expansión gradual, y si bien la producción petrolera podría no reactivarse en el corto plazo, al menos no mostrará caídas tan drásticas como la del año pasado. Así, es plausible que un crecimiento de la industria sea ligeramente mayor al 2% en este 2016.

avieyra@banamex.com

Twitter: @ArturoVieyraF