La Razón conmociona por terrible imagen en portada

Elizabeth Cuevas

Esta semana el diario La Razón de México publicó una portada que causó conmoción por el atrevimiento de desplegar a toda página la fotografía de una indígena de origen mazateco, Irma López Aurelio, al terminar de dar a luz a un niño, que aparece todavía unido a su madre por el cordón umbilical, llorando tirado en el pasto del patio trasero del Centro de Salud de Jalapa de Díaz, en Oaxaca, que le negó la atención médica, el 2 de octubre pasado.

La imagen es terrible, no por razones estéticas ni porque se trate de una escena violenta o grotesca, al contrario, retrata un hecho natural: el nacimiento de un ser humano sin que se observen las partes íntimas de la mujer o sangre, sino por las condiciones en las que ocurrió, a la intemperie, sin asistencia y ante decenas de personas que también esperaban ser atendidas. En redes sociales la publicación de la imagen generó controversia, al cuestionar si era demasiado agresiva para el lector o si a la mujer se le pidió autorización, pero sin duda este periódico acertó al publicarla, por su valor periodístico e informativo, y porque su publicación denuncia un acto injusto que debía documentarse, difundirse, y que, de otra forma, valiéndose únicamente de texto, no hubiera llamado tanta atención ni causado tal impacto.

Aunque no resulten agradables estas imágenes son necesarias e históricamente han sido trascendentales para denunciar incompetencias o injusticias, como el célebre retrato de la niña Omayra Sánchez, que murió ante las cámaras de los medios de comunicación después de estar tres días atrapada en el alud de lodo y los escombros dejados por la erupción del volcán Nevado del Ruiz, que el 13 de noviembre de 1985 arrasó con el pueblo de Armero, Colombia, sin que las autoridades previnieran la tragedia a pesar de haber sido advertidos. Esta fotografía, tomada por Frank Fournier, se convirtió en símbolo de la catástrofe que costó la vida de más de 23 mil personas.

Está también la publicación de imágenes de muertos que escandalizan por su violencia y dureza, como las del cadáver ensangrentado del dictador libio Muammar el Khadafi, ampliamente difundida en medios impresos, muchos de ellos no sensacionalistas como DeMorgen. En este caso la imagen, aunque es horrorosa, está justificada porque la noticia en sí era un hecho violento, y por su valor documental, ya que confirma el deceso del dictador que gobernó Libia durante 40 años y que tras huir por dos meses, fue ejecutado por rebeldes.

Finalmente, en diciembre pasado el tabloide NEW YORK POST causó indignación por la publicación de la imagen de una persona momentos antes de morir arrollada por el Metro en Manhattan. Con el título “Condenado. Empujado a las vías del Metro, este hombre está a punto de morir”, se observa la escena del hombre intentando subir al andén mientras el tren se dirige a él. El diario fue criticado por los lectores que cuestionaron la decisión de publicar la noticia de una tragedia que pudo evitar, ya que dio prioridad a tomar las imágenes en lugar de rescatar a la víctima.

La Razón

de México

México

»Sábado 5 de

octubre de 2013

Este diario acertó al publicar a toda plana una imagen terrible, no por lo que retrata que es un hecho natural, el nacimiento de un ser humano sin que sea visible la parte íntima de la mujer ni rastros de sangre, sino por las circunstancias en las que sucedió: Irma López Aurelio, una indígena de origen mazateco que aparece hincada terminando de dar a luz a un varón que llora tirado en el piso, todavía unido a su madre por el cordón umbilical, sola, a la intemperie del patio trasero del Centro de Salud en Jalapa de Díaz, en Oaxaca, donde le fue negada la atención médica. Aunque la fotografía es impactante no es ofensiva, y tiene un gran valor informativo porque presenta una injusticia que debía ser denunciada y difundida.

PARIS

MATCH

Francia

»Viernes 29 de

noviembre de 1985

DeMorgen

Bélgica

»Viernes 21 de

octubre de 2011

New York Post

Estados

Unidos

»Martes 4 de

diciembre de 2012

elizabethcuevas.razon@gmail.com