La renegociación del TLCAN, un reto crucial

La renegociación del TLCAN, un reto crucial
Por:
  • arturov-columnista

Nadie tiene duda de que el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) puesto en marcha hace poco más de 22 años, representa un acuerdo trilateral que ha generado los cambios más profundos y positivos de la economía mexicana en las últimas décadas.

Con la entrada en vigor del TLCAN se creó una de las zonas de libre comercio más grandes a nivel mundial, que han acelerado la competitividad y apoyado sobre bases más firmes el crecimiento económico de los tres países firmantes. Ello pudo ser posible gracias al cumplimiento del objetivo de lograr un comercio en lo esencial libre de impuestos, liberalizando los servicios, acatando los derechos de propiedad y estimulando la inversión.

Uno de los aspectos que han permitido especialmente a México un mayor fortalecimiento productivo, a partir del TLCAN, proviene del logro de la marcada especialización en el sector industrial, a la vez que se han fortalecido las cadenas regionales de abastecimiento. De hecho, en el caso de México, y según cifras de comercio de Estados Unidos y cálculos propios, al menos la mitad del comercio manufacturero entre México y el vecino del norte, tiene naturaleza “intraindustrial, es decir, comercio entre las mismas industrias, derivado de que los procesos de producción fijan sus distintas fases en ambos países.

Estas características de relocalización de los factores productivos entre los países firmantes del TLCAN, genera un aumento sensible en el comercio de la región, y por tanto, se fortalece la integración económica, que es un aspecto fundamental en cualquier renegociación del tratado comercial.

Como ya es sabido, el reciente gobierno de los Estados Unidos tiene la intención de modificar los términos del TLCAN, no parece estar convencido del resultado particular que ha implicado la relación comercial entre México y Estados Unidos, concretamente un déficit para este último de poco más de 50 mil millones de dólares anuales. Hay que entender que este resultado no deriva necesariamente de una relación desigual entre ambas naciones (como lo señalaría la antigua y obsoleta teoría mercantilista del siglo XVI), sino más bien es producto de una reasignación de factores productivos donde la búsqueda de la eficiencia económica se traduce en beneficios para ambas partes.

El gobierno de Estados Unidos, en el camino de la renegociación del TLCAN, ha revelado una amplia lista de objetivos que pondrá sobre la mesa a la hora de negociar. Pretende un horizonte de muy amplio espectro que incorpora temas como el laboral, el medio ambiente, el comercio digital y la reformulación de las prácticas regulatorias. Además de que pretende incorporar temas como los energéticos, la corrupción gubernamental y promover una mayor competencia en telecomunicaciones, entre otros elementos.

La renegociación del TLCAN es inevitable, y como todo proceso de este tipo hay que destacar nuestras fortalezas. Los negociadores mexicanos, que con bases sólidas, como la fortaleza de los avances estructurales realizados hasta ahora, que se traducen en una posición muy competitiva de nuestro sector exportador, deberán posicionar a México bajo condiciones donde continúen privando el libre comercio y la eficiencia económica. A la vez que la búsqueda de nuevos mercados es inevitable.

Pero también, esta nueva sacudida que implica la renegociación del TLCAN, es una oportunidad más para mirar hacia dentro. Necesitamos fortalecer nuestros puntos débiles con una visión de largo plazo. Esta necesidad se vuelve imperiosa, bajo un escenario (a la fecha con pocas probabilidades) de descarrilamiento de las negociaciones, donde Estados Unidos decida retirarse del TLCAN y negociar acuerdos bilaterales.

avieyra@banamex.com

Twitter: @ArturoVieyraF