Las elecciones mexicanas vistas desde Estados Unidos

Las elecciones mexicanas vistas desde Estados Unidos
Por:
  • raudel_avila

Los especialistas en el sistema político estadounidense no se cansan de insistir en que, a diferencia de México, la división de poderes allá es real. No importa que haya ganado Donald Trump, decían, hay muchos otros actores políticos con quienes negociar (el Congreso, los gobernadores y los grandes empresarios). Por fortuna para México, nos aclaraban con arrogancia, el centralismo no existe en Estados Unidos, y hay vida política fuera de Washington en ciudades como Nueva York, Chicago, Los Ángeles.

Los poderes fácticos, pero sobre todo el Estado de derecho, pondrían en su lugar a Trump y le obligarían a entender la importancia estratégica de México para el interés nacional estadounidense. Todavía estamos esperando que ocurra lo que los expertos vaticinaron.

La relevancia del presidente en un sistema presidencialista, así sea Estados Unidos con todo y pesos y contrapesos, sigue siendo decisiva. Prueba de ello son los meses que México lleva pendiente del hilo de la incertidumbre en las negociaciones del TLCAN. Vivimos sujetos al capricho y los humores de un solo hombre.

Numerosos estudiosos de la relación México-Estados Unidos han demostrado que la historia de la dinámica entre ambos países se ha definido no por cuestiones económicas o institucionales, sino por una consideración de seguridad estratégica para Estados Unidos: la estabilidad en su frontera sur. Mientras México dispusiera de un gobierno capaz de garantizar la paz y evitar contagios de violencia en los estados fronterizos, Estados Unidos toleraría cualquier excentricidad mexicana. Desde un modelo dictatorial, como el porfiriato, hasta un autoritarismo más sofisticado, como el del PRI, o incluso nuestro muy particular modelo democrático actual.

En circunstancias normales, la interrogante para la élite estadounidense en época electoral era cuál candidato mexicano garantizaba mejor la estabilidad. Cuál victoria asegura otros seis años de paz al sur de Estados Unidos. Una vez definido eso, se apoyaba al grupo capaz de ofrecer dichas garantías. Así era, insisto, en circunstancias normales y con la élite estadounidense tradicional.

Si algo sabemos de Trump es que ha roto las tradiciones y convencionalismos de la política exterior estadounidense. ¿Cuál candidato mexicano cree que garantiza mejor la estabilidad al sur de su frontera? ¿Le importa siquiera el tema? Trump es un presidente que ha roto los usos y costumbres del poder en Washington y los de la relación de la superpotencia con el mundo. ¿Cómo define sus simpatías políticas mexicanas, más allá de las amistades de su yerno? Es verdad, Trump no es todo Estados Unidos y en nuestro país operan las agencias de seguridad exterior norteamericanas, como la CIA y la DEA. En estas elecciones creemos saber a quién apoyan los rusos y los venezolanos. ¿A quién respaldan realmente los estadounidenses?