Margarita, ¿el pasado la condena?

Margarita, ¿el pasado la condena?
Por:
  • javier_solorzano_zinser

La candidatura de Margarita Zavala a la Presidencia es un asunto complicado. Su pretensión pasa por los temas de seguridad heredados por su marido, también pasa por las grillas al interior del PAN.

Debe saber que la imagen de su esposo en el partido no es de lo mejor. Felipe Calderón se apoderó del partido por lo menos durante cinco años.

Gustavo Madero se encargó de encabezar la rebelión al final del sexenio en medio de un partido confuso. Estaban en él unos contra otros y dejaron a la deriva a su candidata a la Presidencia.

Josefina Vázquez Mota no era la candidata de Calderón y en el PAN lo sabían. Al final trató de ayudar cuando era ya muy tarde y todo se veía y estaba contracorriente. Josefina perdió por sus errores, como fue su acto de inicio de campaña en el estadio Ciudad de los Deportes, porque las broncas intestinas por su candidatura nunca se resolvieron y porque no era el personaje que quería el inquilino de Los Pinos.

Estas historias están en el recuerdo de muchos y muchas panistas. No olvidan cómo Felipe Calderón impuso a César Nava y a Germán Martínez como presidentes del PAN, ni tampoco olvidan cómo ya ungidos los personajes fueron a Los Pinos a entregar el partido al Presidente, en un acto que recordó la desfachatada usanza priista.

Calderón no necesariamente concilia y cohesiona en el PAN. Dejó una huella en algunos asuntos, los cuales siguen en la memoria de muchos panistas. El presidente del partido, Ricardo Anaya, distante de Calderón y más ahora por las aspiraciones de la esposa del expresidente, lo ha hecho ver con la prudencia, y a veces sin ella, que le exige su cargo.

Por más que la imagen de Margarita en el PAN sea en lo general amable y hasta favorable, está a la vista que su marido dejó muchas heridas en el partido que no han cicatrizado, las cuales a Margarita se las pueden cobrar.

La precandidata está apostando a que llegado el momento al PAN no le quede de otra que optar por ella. Si nos atenemos a cómo van las cosas pareciera que a los blanquiazules pudiera no quedarles de otra que apoyarla; sin embargo, el vacío que desde Los Pinos hicieron en el 2012 es el mismo que les pueden replicar. Cuando Margarita y Juan Ignacio Zavala se integraron a la campaña de Josefina era tarde, el escenario ya era sólo de dos: Peña Nieto y López Obrador.

Margarita Zavala tiene que buscar cómo conciliar las cosas al interior del PAN. Su marido, paradójicamente, puede terminar por estorbarle en el proceso. ¿Cómo quedó Calderón con los panistas? La respuesta no hay que buscarla entre quienes ahora están con Margarita o entre quienes estaban en el entorno del inquilino de Los Pinos. La capacidad de crítica y autocrítica alrededor de Calderón no existía.

Una respuesta más acabada a esto está entre los panistas que fueron echados a un lado a lo largo de seis años. El PAN es auténticamente un partido programático, bien estructurado y organizado, y lo que le pasa repercute en el todo.

El otro gran problema que va a enfrentar Margarita Zavala, de hecho está todo el tiempo enfrente de ella, es la gestión de su marido en los temas de seguridad. Declaró una guerra y luego dijo que siempre no era una guerra.

Las estrategias del pasado sexenio dejaron consecuencias funestas.

Estamos en medio de una especie de tsunami del cual nomás no salimos y no se ve cómo podamos salir. Fue en el sexenio de Calderón donde empezó todo. La presente administración entró abrumada y con pocas salidas, a lo que se han sumado sus propias torpezas.

Margarita Zavala puede ser sin duda una buena candidata, pero se le puede aplicar aquello de que el pasado la condena.

 RESQUICIOS. Así lo informaron:

150 mil personas han perdido la vida por hechos violentos entre 2006 y 2015. En este mismo periodo se han documentado 9,400 casos de tortura. Existen una minimización y una negación de problema: Luis González Plascencia, informe Atrocidades Innegables.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano