Moratoria de encuestas

Moratoria de encuestas
Por:
  • larazon

En días pasados, el Jurado Nacional de Elecciones del Perú exigió a las encuestadoras nacionales y extranjeras que hagan pública la identidad de sus encuestados por medio de documentos oficiales. La decisión ha provocado que las encuestadoras declaren una suerte de huelga de encuestas, hasta que la institución electoral les permita hacer su trabajo sin tener que revelar los datos personales de los consultados.

Como era de suponer los punteros en los estimados de las elecciones presidenciales del próximo abril, Alejandro Toledo, de Perú Posible (28%), y Keiko Fujimori (22%), de Fuerza 2011, se han opuesto a la decisión del Jurado y han respaldado la moratoria de las encuestadoras. Por su parte, los candidatos menos favorecidos por las encuestas —Luis Castañeda (18%), de Solidaridad Nacional, y Ollanta Humala (12%), de Gana Perú— han respaldado a la institución electoral con el viejo argumento de que las encuestas no son creíbles.

A dos meses de las elecciones es evidente que la publicación de las encuestas favorece a los punteros, sobre todo, si se tiene en cuenta que sus estimados son mayoritarios tanto para el candidato presidencial como para sus respectivos partidos en las elecciones legislativas. Las encuestas reflejan en este caso una preferencia electoral compartida para ambas elecciones y una distancia similar entre candidatos y partidos.

El problema, como han observado algunos analistas peruanos, es que si no se publican más encuestas de aquí a abril, también podrían ser afectados Castañeda y Humala, ya que la ciudadanía no observaría el ascenso de las intenciones de voto a su favor en ambas elecciones, desincentivando a partidarios y posibles simpatizantes. Así como Toledo y Fujimori han sido eficaces en denunciar la presión del poder electoral, como una intervención del gobierno de Alan García

—con un alto grado de impopularidad actualmente—, Castañeda y Humala no lo han sido al respaldar al Jurado Nacional de Elecciones.

Si esta situación no se revierte en las próximas semanas, el triunfo de Toledo podría estar asegurado, aún en una segunda vuelta, con lo cual se confirmaría la tendencia a la alternancia y al centro que se manifiesta cada vez con mayor claridad en la política peruana. Toledo ha sabido capitalizar su papel en el crecimiento de la economía peruana durante la década pasada, convirtiéndose en una alternativa al gobierno de García desde una premisa de continuidad de su política económica.

El principal desafío de Toledo será que dicha continuidad de la política económica incluya un avance más claro en la distribución equitativa del ingreso. Si la grave disparidad social peruana no se revierte en los próximos años, la mencionada tendencia a la alternancia y al centro podría verse interrumpida por un ascenso de la izquierda autoritaria, que alteraría el equilibrio de la política andina.

rafael.rojas@3.80.3.65