Morir dos veces

Morir dos veces
Por:
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David López Cárdenas

Con qué ligereza tomó Felipe Calderón el tema de Nazario Moreno González El Chayo, líder de los Caballeros Templarios, después de la farsa que salió a relucir con la muerte confirmada de este criminal.

En redes sociales se limitó a felicitar al gobierno federal, eludiendo su responsabilidad moral de ofrecer una explicación como mínima deferencia a una población que sigue padeciendo las secuelas de su negligencia.

Y es que a más de un año de dejar la Presidencia, las torpezas de Calderón parecen no terminar y la cloaca de su gobierno, cada día, despide olores más fétidos.

Qué decir de Alejandro Poiré, quien aún no logra reponerse del espasmo que le causó la noticia de que un individuo que daba por muerto, en realidad vivía y operaba a discreción en Michoacán.

Basta recordar que en diciembre de 2010, era él quien aparecía en cadena nacional para anunciar, con bombos y platillos, la muerte del Chayo, en su carácter de vocero de seguridad del gobierno de Calderón.

Ante la verdad, a Poiré no le quedó más que emitir un comunicado minimizando el suceso bajo el argumento de haber contado con datos imprecisos para decretar la muerte de Moreno González.

Convenientemente, omitió señalar que detrás de estos montajes estaba la mano teatral de Genaro García Luna, quien no deja de sorprender por el cinismo con el que se desempeñó como secretario de Seguridad Pública.

La eficacia del gobierno de Enrique Peña ha venido a ridiculizar a su antecesor y no fue necesaria una cacería de brujas para evidenciar las malas decisiones de Calderón.

Y pensar que fue Felipe Calderón el que, afanadamente, trató de socializar la idea de que el regreso del PRI a Los Pinos significaba llegar a pactar con los narcotraficantes.

Las falsedades que ahora se revelan dejan claro que el único que pactaba, encubría y empoderaba al crimen organizado era el propio ex presidente.

Dada la opacidad que predominó en el gobierno de Calderón, no nos sorprendería que aparezca también Heriberto Lazcano El Lazca, otro muerto que huyó misteriosamente de la funeraria sin dejar rastros.

Lo único que podemos tener como cierto del sexenio pasado son los miles de hogares enlutados por los daños colaterales, como tontamente llamó Calderón a las víctimas de su guerra ficticia.

 PUNTO FINAL. No hay duda, Michelle Bachelet regresa por segunda ocasión a ocupar la presidencia de Chile con nuevos bríos, así lo dejo ver luego de anunciar que los ejes principales de su gobierno se centrarán en reformas tributarias y educativas.

La presencia del Presidente Peña, en la toma de protesta de Bachelet, deja patente el ánimo de seguir impulsando el crecimiento de las relaciones con ese país sudamericano.

davidlopezcardenas@gmail.com

Twitter: @DavidLpzC