Reinventarse o morir

Reinventarse o morir
Por:
  • larazon

Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña

Hay gente a la que le cuesta reinventarse y duda de sí mismo y de las cosas que viene haciendo. Yo lo necesito cíclicamente, es una exigencia personal.

Para mí reinventarse es darle vueltas a las cosas, pero darle vueltas a las cosas de verdad, de golpe, desde abajo del todo, dudando de uno mismo. Empezar a replantearse lo que hasta ese momento siempre habías considerado indiscutible. Exigirte.

Cada cierto tiempo necesito un descanso, y no hablo de un descanso físico o unas vacaciones. Tras un cierto tiempo haciendo lo mismo, me noto mentalmente agotado y necesito replantearme hacia dónde voy y replantearme un montón de circunstancias personales y profesionales.

Imagino que cada persona en esos momentos actúa de una manera muy diferente, yo sólo puedo hablar de lo que siento y lo que hago.

En ocasiones despierto, como si hubiera estado aletargado, y descubro que lo que consideraba importante es trivial, que mis prioridades ya no lo son tanto, y que tal vez he malgastado lo más preciado que tengo, el tiempo, sin aportar nada trascendente, ni a las personas de mi alrededor ni a mí mismo.

En esos momentos necesito un par de días lejos y solo, sin ordenador, sin conexión a Internet y sin teléfono móvil. Me sobra todo; genera ruido. En esos momentos debo replantearme cosas, pensar si no estoy partiendo y construyendo iniciativas desde un punto de vista erróneo y valorar si estoy tan metido en una frenética dinámica que no permite parar y reflexionar.

 Hay veces que lo más inteligente es parar el tiempo, descansar mentalmente y estar solo un par de días, perdido y reflexionando. Ese par de días, por trabajo, por estrés y por familia a veces es un lujo difícil de explicar a los que te rodean, pero en definitiva es necesario. Es tomarse un descanso, lejos del ruido del día a día y de la inercia que hace que te levantes y vayas a la oficina como un zombi, sin siquiera saber si harás algo interesante allí ese día, sin un plan, sin una idea y perdiendo el tiempo.

La gente más brillante que he conocido en mi vida se reinventa constantemente. Incluso desde el punto en el que los demás piensan que puede estar en la cumbre profesional y en pleno éxito, ellos no se paran a contemplarse. Son inconformistas y entonces toman una decisión para algunos sorprendente: renuncian a muchas cosas, mentalmente parten de cero y vuelven a empezar. Creo que en este ritmo frenético de la sociedad de la información a veces corremos como pollos sin cabeza y olvidamos en mitad de la carrera sentarnos, oxigenarnos y pensar.

Entendernos más a nosotros mismos y finalmente reinventarnos. Nadie como el águila para hacerlo. Se retira, descansa, se reinventa y resurge de las cenizas tras un proceso de catarsis integral en el que garantiza su supervivencia, más fuerte, más dura, más realizada y con la fuerza suficiente para poder afrontar una nueva etapa en su vida tras renunciar a todo.

Alejandrosuarez.es